Tapachula se ha vuelto un trago amargo para cientos de migrantes que salen de su país de origen en busca de anhelado sueño americano, pues duermen en las calles, parques y pasan sin comer hasta días.
Salvador Mejía, originario de Honduras, narró con llanto en los ojos a Diario del Sur, que nunca se imagino lo que le esperaba en esta ciudad en la que lleva cuatro meses esperando su resolución de la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados para circular a la frontera norte con Estados Unidos.
“Yo salí de mi pías por dos factores; la inseguridad que se vive y la falta de trabajo, deje a mi esposa y dos hijos de 10 y 11 años, por darles una mejor calidad de vida y algún día mandarlos a traer”, dijo.
Añadió, es la primera vez que sango de mi país y no me imagine que se sufriera mucho en esta ciudad por la falta de empleo, comida y donde dormir, pero ya estoy acá y regresar a mi país no es una opción para mi y muchos paisanos que estamos en esta ciudad”.
Comentó, que un 30 por ciento de los hondureños que llegan a esta ciudad deciden desistir del sueño americano por lo mucho que sufren en Tapachula.
Margarita Sauceda, que viaja con su esposo, externó que están cansado de dormir en piso y deambular en la ciudad en busca de comida, ya que a sus casi 50 años ya nadie le da trabajó.
Platicó, que ella y su esposo salieron de San Pedro Sula, Honduras por las pandillas que no dejan vivir en paz a nadie en su país, ya que los maras viven de las extorsiones, secuestros y asesinato.
“Yo no le hecho la culpa al gobierno, sino a los hijos de Dios que han convertido a Honduras en un cementerios, pues allá te matan solo caerme mal a alguien”, abundó.
“Acá sufrimos, ya que nos dan trabajo y cuando llega la semana de pago únicamente nos dan las gracias, pero como no tenemos papeles no podemos pelear, nos toca lloran en silencio, pasar el trago amargo y continuar en busca nuestro objetivo que son los Estados Unidos”, aseguró.
Según activistas defensores de migrantes estiman que en la Tapachula hay un promedio de 500 mil migrantes varados en la ciudad, mientras que la COMAR tiene a mas de nueve mil esperando su tramite de solicitud de asilo.