Como la gran mayoría de migrantes, Franklin González, abandonó su natal Venezuela hace 5 años con el sueño de llegar a los Estados Unidos donde espera encontrar una mejor calidad de vida que la que antes tenía, desde que inició su recorrido, ha logrado financiar sus gastos cortando el cabello de otros migrantes que se acercan a él quien les cobra barato.
El joven venezolano de 27 años, platicó para Diario del Sur quien decidió iniciar el viaje para tener una mejor vida, pero también para poder darle una mejor vida a Maura, su pequeña hija de seis años quien se quedó en Venezuela, al cuidado de su madre y que subsiste con lo poco que él ha logrado enviarles hasta ahora.
Franklin cuenta que hace 10 años aprendió este oficio de peluquero el cual le ha permitido costear sus gastos básicos en esta travesía que luego de un lustro le ha permitido arribar a Tapachula, luego de estar en Colombia, Panamá, Ecuador y los países del Triángulo Norte de Centroamérica.
Concentrado en su labor de cortar el cabello mientras platica con nosotros, comentó que cree que le ayuda mucho el costo que da a su trabajo pues por cortar el cabello cobra 40 pesos o su equivalente a sus connacionales y a todos los migrantes que se ha topado en la ruta migratoria, que inicia en la selva del “Darién” hasta llegar a Tapachula, ciudad en la lleva ya un mes esperando se resuelva su trámite migratorio iniciado ante las institutiones mexicanas.
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“Mi objetivo es llegar a los Estados Unidos e instalar una barbería para darle la vida que se merece mi hija y poder mandarla a traer más adelante, pues se requiere mucho dinero para hacer el viaje” expresó.
Confía en que pueda llegar a los Estados Unidos en dos a tres meses, ya que estando en México puesto que luego de su travesía recorriendo casi todo el continente, este país es el paso final para llegar a su objetivo: Estados Unidos.
“Hay días que he ganado unos 300 pesos, pero hay días que no gano nada y toca aguantar hambres, como todos los que salimos de nuestros país por necesidad en busca de una mejor vida”, abundó.
También peluquero, Julio Núñez, igualmente de nacionalidad venezolana, narró para Diario del Sur que él viene cortando cabello desde la selva del Darién y tiene 20 días avanzando por la ruta migratoria de Centroamérica.
“Por donde yo he pasado hay campamentos, la gente me ha colaborado cortándose el cabello conmigo y me pagan 50 pesos o a veces lo hago gratis para ayudarnos entre nosotros” externó.
Precisó que han pasado siete países y en todos se ha puesto a cortar cabello en los parques, calles o en los campamentos migratorios, algunos improvisados que hay desde Panamá hasta Tapachula.
Núñez, quien se considera a sí mismo un “Estilista de los Migrantes”, dijo que lleva 10 años trabajando cortando cabello, un oficio que aprendió en su país, del cual salió hace un año.
“Salimos de Venezuela porque no hay un buen sistema de salud, no hay comida, no buenos empleos y no nos alcanza el billete para nada”, finalizó.