Familias resienten los daños de una obra abandonada

En la antigua textilera, familias que viven aledañas a este terreno abandonado viven con el agua al cuello cuando llueve, por obras mal planeadas al interior de este edificio

Eduardo Torres | Diario del Sur

  · jueves 19 de agosto de 2021

Familias de la colonia 8 de Septiembre, en la mancha urbana de Huixtla en riesgo por lluvias. / Foto: Eduardo Torres | Diario del Sur


Familias de la colonia 8 de Septiembre, en la mancha urbana de Huixtla, tienen que dormir cuando llueve, con el agua hasta el cuello, en el mejor de los casos hasta las rodillas, como uno de los daños colaterales que genera una obra abandonada y sin ningún tipo de cuidado ni protección civil.

Por años, los lugareños han padecido que trabajadores de una bodega de autopartes hayan colocado una malla que pone freno al agua y basura, originadas en los terrenos de la antigua textilera, un elefante blanco que tras una agónica actividad cerró sus puertas.

En ese lugar un canal se torna en un punto peligroso para los más vulnerables en el lado sur de Huixtla.


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Doña Lourdes es una de las tantas afectadas en su vivienda. Cuando llueve toda el agua invade su vivienda y llega hasta cuartos, cocina y demás espacios de la propiedad privada.

“Se ha pedido que nos ayuden con esa situación, que lo corrijan y hagan algo al respecto para que podamos vivir tranquilos, aquí hay niños y ancianos que necesitan estar seguros y cuando el agua se mete nada podemos hacer”, dijo.

La corriente pluvial que se sale de control ha originado que algunas familias huixtlecas tengan que abandonar estas viviendas, lo que se evidencia en esta colonia por donde hay, al menos, cinco estructuras con daños evidentes a simple vista y el abandono total de los propietarios.


En ese lugar un canal se torna en un punto peligroso para los más vulnerables en el lado sur de Huixtla. / Foto: Eduardo Torres | Diario del Sur


El agua rompe con todo lo que encuentra a su paso y deteriora electrodomésticos, paredes y estructuras que alguna vez fueron solidas.

Se estima que unas 30 familias están en la misma situación, sin que hasta ahora autoridad alguna tome cartas en el asunto u obligue a los empleados de autopartes a acondicionar de forma óptima dicho circuito de desagüe, para que se eviten inundaciones.

En el recinto, trabajadores municipales están a la espera de indicaciones, mientras hombres de seguridad vigilan el sector para evitar la intromisión de desconocidos en el perímetro.

Por ahora, el agua sigue al acecho, con la pretensión de seguir dañando todo a su paso, sin cautela, sin atención alguna.


Se estima que unas 30 familias están en la misma situación, sin que hasta ahora autoridad alguna tome cartas en el asunto. / Foto: Eduardo Torres | Diario del Sur