Más de 30 familias de diferentes sectores de Huixtla, Chiapas, la ciudad de la Piedra, viven económicamente de levantar fierro viejo en las calles que posteriormente es llevado a los centros de acopio, y este a su vez lo envía a recicladoras de otros estados del Centro de México.
Édgar Alejandro Hernández Noriega, encargado de la sucursal chatarrera denominada “El Poblano”, menciona que en este negocio compran todo lo que ellos llaman desperdicio, trastes, estufas, todo lo que lleva metales, varillas, bronce, aluminio, cobre.
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Señaló que lo que no reciben específicamente es material que venga de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), Teléfonos de México (TELMEX), Ferrocarriles y tubería de agua, así como todo lo que tenga que ver con dependencias de gobierno, no lo reciben ya que buscan no tener problemas legales.
Mencionó que ellos como compradores de este material lo trasladan al municipio de Arriaga, Chiapas, donde hay una recopiladora de metales que los envía al estado de Veracruz, por lo que en Huixtla, ellos ya tienen entre las 20 y 30 clientes que les entregan chatarra segura, y de este es que ha dependido su economía.
Agregó que mensualmente logran enviar al menos 30 toneladas de fierro viejo, que incluye botes de aluminio, levantados en las calles e incluso les llega material del vecino municipio de Tuzantán, donde clientes se dedican a comprar a bordo de vehículos y es llevado a su chatarrera ubicada a un lado de la Prepa Huixtla.
Por otra parte, Jesús Mejía Morales, comentó que lleva 19 años recopilando fierro viejo en Huixtla a bordo de su triciclo, pero actualmente ha bajado el costo del plástico, el fierro y esto los ha afectado en su economía pues en su caso tienen que pagar los servicio públicos de luz, agua, renta y con lo poco que gana sobreviven honradamente.
“La necesidad nos obligó a dedicarnos a este trabajo, tuve que comprar mi triciclo para poder transportarme en esta misma ciudad. No ganamos mucho pero, sale para que comamos con la familia. Todos los días recorro la ciudad y las colonias, Vida Mejor, Torrecillas, Cañaveral y Las Hortensias, para que de esta manera se pueda levantar fierro viejo”, dijo.
Jesús más conocido con el sobrenombre de “El Padrino Oajuco”, cuenta la historia de como inició en este oficio de comprar y vender fierro viejo en la ciudad y aunque al principio lo tildaban de estar mal de la cabeza, pero para él esto se convirtió en generar ingresos por lo que siempre pensó en crecer sacando provecho de la basura y el fierro.
Comentó que lleva aproximadamente 25 años en este trabajo y tiene en mente formar su propia empresa, para instalar una recicladora de fierro, donde puedan comprar todo tipo de metales, ya que esto es el sustento y puede dar a muchas más familias.
“La gente me mira trabajando, no me señala que me estoy dedicando a malos pasos, tengo un trabajo muy decente, mi desempeño es andar recolectando toda la chatarra, de esto compro mi ropa, calzado y mi alimentos. Gracias a Dios, hay este tipo de trabajo, y muchas familias se sostienen económicamente de la chatarra”, apuntó.
Comentó que hay mucha gente que porque se dedican a juntar fierro viejo, los discriminan, en ocasiones por la ropa sucia, pero en realidad trabajan honradamente, sin andar delinquiendo, invierten sus recursos para comprar todo lo de valor.
En la entrevista se le consulta cómo descubrió este trabajo, a lo que sonriente señala:
“Desde hace 30 años, descubrí este trabajo porque no tenía ni un peso en la bolsa. Llegó un camarada y me dice, Oajuco, no hay para la coca, a lo que respondí, no pues yo no tengo tampoco, entonces él dijo, pues vamos a vender ese poquito de chatarra, y así lo hicimos, desde esa vez descubrí que la chatarra es parte como ganarse el pan de cada día. Aquí es de donde voy a vivir, cuando me dieron un dinero elevado por la chatarra, dije de aquí soy y es así como hasta hoy gano mi dinero”, indicó.
Recordó que antes de recolectar la chatarra, tuvo un tallercito para reparar bicicletas y vender refacciones, además era prestamista, tenía un gimnasio de pesas, pero realmente tuvo problemas en la vida que lo llevaron al fracaso, por lo que descubrió que la chatarra le generaría dinero y decidió quedarse en este negocio.
Dijo que actualmente los precios del fierro andan caídos, ya que actualmente el kilo vale dos pesos con 50 centavos, incluso algunos hasta en tres pesos, cuando hace algunos años costaba hasta 7 pesos.
Finalmente el hombre de aspecto rudo, pero animoso envió un saludo a los huixtlecos a quienes los invitó a llevarle todo el fierro que tengan.