Durante su visita a Tapachula, el cardenal monseñor Felipe Arizmendi Esquivel señaló que la violencia e inseguridad han dominado Chiapas, a diferencia de otros años, porque han dejado crecer a los grupos criminales.
Recordó que estuvo en esta entidad de 1991 a 2000 y las cosas eran mucho más tranquilas, a pesar del paso de droga, ya que dominaba el territorio "El Chapa Guzmán" y no había tanta violencia como la que se vive hoy.
"Vengo de Toluca, donde hay mucha extorsión y violencia, pero lo que oigo de aquí me preocupa mucho. Estoy contento por estar con mi gente; sin embargo, me voy preocupado por lo que está ocurriendo", expresó.
Añadió que existe preocupación de la Iglesia por la presencia del crimen organizado en regiones como la Frontera, la Sierra, la Selva y varios municipios de Chiapas, provocando el desplazamiento de personas de sus comunidades.
"Se ha dejado crecer mucho a estos grupos criminales, se ha dejado puerta abierta y hoy las autoridades no pueden trabajar sin hacer acuerdos con ellos lamentablemente. Pero eso hay que evitarlo para que no impere el dinero, la droga, la violencia, sino el respeto, trabajo, educación y la paz de los chiapanecos", abundó.
Indicó que todos han tenido fallas, incluso la Iglesia católica, ya que todos los delincuentes son creyentes y han tenido fallas en la evangelización. Pero la última responsabilidad es de las autoridades que han dejado crecer a estos grupos armados.
Destacó que la Iglesia católica ha reforzado sus acciones en favor de una sociedad más pacífica, promoviendo desde la base de la familia, las escuelas y en la sociedad el respeto, la justicia y la paz.
"Todos tenemos que trabajar en este tema: medios de comunicación, la iglesia, el gobierno y la sociedad en su conjunto para erradicar este mal que nos ha corrompido por todas partes", externó.
Finalmente, pidió a los chiapanecos que no pierdan la esperanza, ya que esto tiene que pasar ante todos y confía en que las familias eduquen a sus hijos en trabajo y respeto hacia los demás.