Integrantes de la asociación ferretera de Suchiate A.C. expresaron su inconformidad a lo que ellos consideran prácticas monopólicas - comerciales contra Truper, una de las empresas con mayor presencia en México y Latinoamérica que manufactura, distribuye y comercializa herramientas y otros productos ferreteros.
En representación de los comerciantes, Luis Torres, afirmó que la inconformidad radica en que esta empresa transnacional no tendría competencia real en Suchiate donde pretenden establecer una tienda y con ello afectar el sustento diario de familias que dependen de las pequeñas ferreterías, ya que no podrían competir contra un fabricante.
Dijo que esto condicionará a que las pequeñas ferreterías vayan a desaparecer en toda la zona, lo que es injusto y preocupante, asegurando que los ingresos que generan se quedan en el mismo pueblo con el pago de impuestos, licencias, permisos, predial y salarios de colaboradores con lo que no hay fuga de capital.
Señaló que a la empresa Truper no le importa que sean ellos mismos los que los han posicionado en el mercado local, con las compras que le realizan como clientes directos y que estos se llevarían las ganancias.
Agregó que acusan prácticas monopólicas porque condicionan compra-venta y beneficios, no cambian productos defectuosos y prohíben vender otras marcas a sus distribuidores e imponen compras mínimas semanales.
Indicó que la presencia de una distribuidora efectivamente es una desventaja considerable para los pequeños comercios y que aunque legalmente no hay impedimento, los ferreteros locales deben mantenerse competitivos e implementar herramientas que hagan más eficientes sus procesos comerciales, reducir costos y aumentar sus acciones modernizándose para atender la demanda de los clientes con base a sus necesidades y preferencias.
Cabe hacer mención que este tipo de inconformidad de los pequeños empresarios son muy comunes en ciudades pequeñas como se ha visto con las tiendas de abarrotes que venden algunos productos que los dan casi al costo como el pan de dulce, el bolillo o incluso el kilo de tortilla y que a pesar de sus manifestaciones ni la población, ni los grupos, ni autoridades han impedido la instalaciones de sucursales con venta de esos productos.