Mientras los Panteones públicos en Tapachula lucieron abarrotados, con ventas de todos tipo y una gran verbena popular, en los camposantos privados su festejos es más reservado y sin presentar una gran aglomeración.
Durante un recorrido realizado por Diario del Sur se puedo observar muy poca afluencia y únicamente habían un promedio de cinco a seis familias realizando limpieza en las tumbas de sus seres queridos.
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En la entrada de los panteones no habían ventas de ningún tipo y únicamente se pudo observar a una niña que vendía cascarones de confeti, que son una tradición en la ciudad que se ha ido perdido en la ciudad.
Los encargados de esos panteones revelaron que las labores de limpieza y la colocación de ofrendas florales se dio desde días antes a estas celebraciones.
Todos las tumbas que se encuentran en los dos panteones privados de la ciudad, lucían bien adornados y tenían las ofrendas que sus seres queridos les llevaron.
En los panteones privado no hay venta de comida ni antojitos
En los camposantos particulares no había filtros sanitarios y se podía ingresar sin ninguna tipo de restricción e incluso habían familias que ingresaron sus bebidas embriagantes para pasar un rato de alegría con sus seres queridos que ya partieron a mejor vida.
Los panteones particulares al igual que los públicos tiene un horario de funcionamiento que es de siete de la mañana a las 17 horas, para que los ciudadanos estén festejando esta tradición mexicana.