Desde El Salvador, una familia ha viajado hacia Chiapas acompañada de un fiel guardián. Un perro al que aún no bautizan con nombre alguno, pero que en este viaje en caravana obtendrá una forma de llamarle durante esta experiencia humana. Son cinco personas que viajan dentro de este nutrido contingente, acechado por el sol que cae a quemarropa y deteriora la condición de muchos de los que avanzan con paso rápido por la carretera Costera.
“Nosotros nos fuimos de nuestro país porque las condiciones son muy malas, no tenemos trabajo y ahora es nuestra única alternativa, pero nos viene acompañando este amigo y con él vamos a llegar”, asegura una mujer.
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El canino también resiente los efectos del calor en esta región del país. Le han dado un poco de agua que la consume desesperadamente, pero no había mucha opción para ellos, tenían que traerlo consigo.
El lomo gris ha recorrido la mayoría de su camino por centroamericano andando y en algunos lapsos cargados en algún camión de pasajeros, donde ha sido bien aceptado por su buen comportamiento. Al perro le han colocado una bandera de El Salvador, para llevarlo también como estandarte de esta larga caminata, que en cualquier momento podría ser detenida por elementos de la Guardia Nacional y el Instituto Nacional de Migración (INM).
Debido a que viajan con niños, esta familia se ha rezagado y apartado un poco del grupo mayor, pero se sienten protegidos con este canino que no toma distancia de ellos ni un solo minuto.
-¿Y qué pasa si aparecen lo militares en su camino?-, se les cuestiona.
“Pues corremos sin detenernos, pero nos lo llevamos a él, por ningún motivo nos se separaremos de él”, apuntaron.
-¿Y ya hay algún prospecto de nombre?-
“Sí, quizá se llame Bleu”.
El contingente lleva ruta hacia el municipio de Huixtla, con la intención de avanzar pese a la intimidación que realizaron militares la madrugada de este sábado en el parque central de Tapachula.