El linaje del procer tapachulteco, Fray Matías de Córdova, está más vivo que nunca, ya que en Tapachula y otros municipios de Chiapas aún le sobreviven descendientes y familiares, quienes conservan obras literarias del también escritor, política y religioso.
Matías Antonio Córdova Ordóñez, mejor conocido como Fray Matías de Córdova, fue un religioso y político que proclamó la independencia de Chiapas el 28 de agosto de 1821, cuando todavía formaba parte del Reino de Guatemala.
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En el marco del Festival Internacional de las Culturas y las Artes Fray Matías de Córdova, el escritor y periodista, Hernán Becerra Pino presentó una crónica del prócer tapachulteco, en cuyo evento se presentó uno de los "tataranietos", del también ilustre escritor.
En entrevista, Carlos Gregorio Parres Córdova, descendiente de Fray Matías de Córdova, afirmó que es un orgullo pertenecer al linaje del gran libertador de la Villa de Tapachula de Chiapas, que pertenecía a Guatemala.
Dijo que el legado que dejó el prócer tapachulteco es muy importante que las autoridades de Chiapas y Tapachula lo reconozcan, forma parte del invaluable tesoro de la familia.
"Es un orgullo para nosotros ser descendientes de un gran hombre, como lo fue Fray Matías de Córdova no solo por las obras literarias, sino porque también fue el precursor de la independencia del Estado", abundó.
Señaló la familia de Fray Matías de Córdova están diseminados en los municipios de Comitán, Villaflores, Tapachula y Tuxtla Chico, quienes conservan el legado del hombre ilustre que nació siendo guatemalteco y murió como tapachulteco.
Contó que su familia conserva algunos ejemplares de Fray Matías de Córdova, que en otros espacios culturales los presentarán al público, ya que es basta la riqueza literaria que dejó en la cultura de Chiapas y Tapachula.
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Por su parte, el escritor Hernán Becerra Pino, dio a conocer que el legado de Fray Matías de Córdova es maravilloso, al grado que Rubén Darío, considerado como el máximo representante del modernismo literario en lengua española lo calificó, ante todo, como "excelente poeta" y encomió su excelente latín, diciendo que lo sabía cual "romano de los buenos tiempos".
Finalmente mencionó que Fray Matías de Córdova decidió que sus restos fuera enterrados debajo del altar en la iglesia de Santo Domingo, en Chiapa de Corzo, ya que su deseo era que todos lo pisaran.