El Arzobispo de Tuxtla Gutiérrez, Fabio Martínez Castilla, sostuvo que tras los procesos electorales en México y en Chiapas hay muchas heridas que sanar, ahora tras concluir el cómputo de las elecciones federales y locales, viene ahora una etapa en la que todos tenemos que involucrarnos para promover el bien común, desde la dignidad humana.
Siguiendo el Proyecto Global de Pastoral 2031-2033, quiero enfatizar que urge “recuperar la confianza de los ciudadanos y el verdadero sentido de la política, como esa búsqueda continua del bien común que nos lleva a construir sociedades justas y en paz”.
A los ciudadanos les recuerdo: “que la democracia no termina emitiendo nuestro voto, sino que es necesario dar seguimiento a este proceso, exigir el cumplimiento de las promesas de campaña de partidos y candidatos y pedir la rendición de cuentas de manera transparente, deber al que todo político está obligado”.
El domingo 6 de junio vivimos una jornada electoral histórica, tanto porque estuvieron en contienda más de 21,000 cargos, como por el número potencial de votantes, y el porcentaje de ciudadanos que salimos a votar: cerca del 52% del listado nominal, algo muy bueno para una elección intermedia y con ello podemos decir que México vivió una fiesta de la democracia.
Sin embargo, aseguró, aún hay mucho por avanzar en el ejercicio de la democracia y la participación ciudadana, "este fue el proceso electoral más violento de la historia del país: al finalizar el mes de mayo se habían contabilizado 782 agresiones relacionadas al ambiente político electoral; de ese número, 89 fueron homicidios de candidatos.
Por otra parte, el próximo domingo estaremos celebrando el Día del Padre y será una buena oportunidad para reconocer y recobrar el valor de la paternidad, también es una buena ocasión para ser custodios de su crecimiento en edad, sabiduría y gracia, del buen camino, educadores, y con esta cercanía serán verdaderos educadores”.
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Creo que no se podría expresar mejor el orgullo y la emoción de un padre que reconoce haber transmitido al hijo lo que importa de verdad en la vida, o sea, un corazón sabio. Un gran reto para los papás de hoy es buscar formas para estar presentes en la vida de la familia. Lamentablemente las dinámicas de la vida contemporánea obligan a los padres a estar fuera del hogar, de la familia, por largas jornadas laborales o de otro tipo.
Es necesario que el papá sea cercano a la esposa para compartir todo, alegrías y dolores, cansancios y esperanzas y que sea cercano a los hijos en su crecimiento: cuando juegan y cuando tienen ocupaciones, cuando son despreocupados y cuando están angustiados, cuando se expresan y cuando son callados, cuando se lanzan y cuando tienen miedo, cuando dan un paso equivocado y cuando vuelven a encontrar el camino; padre presente, siempre.