El obispo de Tapachula, Jaime Calderón, en su mensaje dominical se refirió a la información socio económica, política y cultural del ambiente humano al cual sirve la iglesia y afirmó que es necesaria la oración personal y comunitaria al escuchar la voz quebrantada y dolorosa de los hermanos y hermanas que sufren especialmente la violencia ejercida por grupos criminales que se disputan el territorio.
La situación que esos hermanos viven, señaló, es por el abandono de autoridades que le han dejado a su suerte y con una presencia militar en la que solo son espectadores.
Agregó que "he escuchado con preocupación la suerte que corren nuestros hermanos de la Sierra, nuestra madre tierra y la incierta lucha de poder por ascender al trono de los elegidos".
El líder religioso dijo tener la firme esperanza que la última y definitiva palabra la tiene Dios, no es la muerte o la destrucción sino la vida y la vida digna para todos los pueblos.
Señaló que este domingo en la Jornada mensual de oración, la iglesia católica pide por la paz que consideran esencial y en el tercer domingo de enero que coincide con el de la Palabra de Dios, la intención tiene como temática seguir fomentando la responsabilidad ciudadana de la participación.
Indicó que la oración por la paz es importante porque allí se crea conciencia de que todo el pueblo de Dios que en su conjunto está llamado por su bautismo a trabajar por la reconstrucción de la paz, que se alcanza con una mayor participación y corresponsabilidad ciudadana.
Por otro lado, el líder de los católicos en la diócesis de Tapachula mencionó que este es un importante encuentro eclesial con el objetivo planeado de escuchar las mociones del Espíritu Santo, discerniendo la realidad social y eclesial para fortalecer nuestro proyecto pastoral y asumir compromisos en nuestra familia diocesana, con lo que intentamos construir juntos una ruta diocesana de camino.