Francisco Javier Jiménez González, director de la Reserva de la Biósfera Volcán Tacaná de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas, destacó que anualmente se apoyan entre 22 y 25 proyectos productivos en beneficio de las comunidades cercanas a esta importante área natural protegida. Sin embargo, cuando las condiciones presupuestales lo restringen, se logra respaldar de 10 a 12 iniciativas enfocadas en mejorar las condiciones de vida de los habitantes.
Detalló que a través de los programas de conservación, desarrollo y restauración sustentable buscan no solo beneficiar a las comunidades de la región, sino también preservar esta reserva binacional que México comparte con Guatemala.
“Este año estamos apoyando 17 proyectos que están dando buenos resultados, tanto para la población como para la protección de la reserva, ayudando a evitar el saqueo de sus especies”, explicó.
Señaló que los proyectos tienen diferentes alcances: corto, mediano y largo plazo, con el objetivo de generar beneficios duraderos para los pobladores de las diferentes comunidades que están alrededor de la reserva.
Detalló que entre los principales destacan iniciativas productivas como la producción de miel, café y plantas destinadas a la reforestación con un enfoque productivo, fortaleciendo tanto la economía local como el medio ambiente.
Precisó que actualmente hay ocho viveros dedicados principalmente a la producción de hortalizas, un proyecto que comenzó con fines de autoconsumo y que ahora permite a las comunidades vender sus productos en mercados locales, incluyendo los municipios de Unión Juárez, Cacahoatán y Tapachula.
Además, se tienen 12 viveros que están especializados en la producción de plantas y la elaboración de productos naturales como cremas, jabones y champús, que han abierto nuevas oportunidades económicas para los pobladores.
“Si no existiera una reserva como la que tenemos en el Volcán Tacaná, tampoco existirían estos proyectos productivos que benefician tanto a las comunidades como al medio ambiente”, afirmó
Puntualizó que si la Reserva de la Biósfera Volcán Tacaná no estuviera, tampoco existieran estos proyectos productivos que no solo generan recursos para la manutención de las familias, sino que también contribuyen a la restauración de los ecosistemas afectados.
