Debido al incremento de la llegada de migrantes a Tapachula y la saturación de los albergues, familias completas tienen que una odisea para conseguir donde pasar la noche.
Las familias por no conseguir donde pasar la noche tienen que dormir en la calle o caminar largos tramos tocando las puestas de los refugios para que les permitan descansar.
Norlan Hernández, de origen hondureño, quien llego con su esposa e hijo de 5 años a Tapachula, mencionó que en el albergue “Belén” no le permitieron el acceso, ya les dijeron que están saturados y no podían a recibir a más familias.
Explicó, que busco por toda la ciudad un espacio disponible para tener refugio con su familia, para poder iniciar su proceso de regularización migratoria y poder pasar la noche sin el peligro de la calles, principalmente por su mujer y niño pero le fue imposible conseguir.
Detalló, que ellos salieron en familia, porque fueron amenazados de muerte por las pandillas que operan en el país centroamericano de Honduras.
“Nuestra intención no es llegar a los Estados Unidos, es llegar a Tijuana para poder trabajar, pero para ello tenemos que hacer nuestro proceso legal para obtener una visa humanitaria”, abundó.
Detalló, que actualmente la ruta migratoria es muy complicada para los migrantes desde la salida de su país hasta llevar a Tapachula, ya que se intensificado la presencia militar desde Honduras.
Para la familia Cortés, integrada por cuatros mujeres y el jefe de familia, las cosas no son diferentes, pues a ellos no le permitieron ingresar al albergue “Jesús El Buen Pastor".
“Nosotros acabamos de llegar, pero nos quedamos sin dinero, ya que en Guatemala nos quitaron lo pico que teníamos para poder llegar a Tapachula, ayer pasamos la noche en la calle hoy ya venimos a buscar ayuda a la COMAR y vamos a ver que pasa”, mencionó.
Oscar Cortes, comentó que él le preocupa dormir en la calle, porque viaja con tres hijas, dos menores y una de 19 años, así como su esposa.
“Nosotros dormimos con los demás compañeros afuera de la Comar, pero yo la verdad no puedo dormir tranquilamente, pues me preocupa la integridad de mis hijos y ni esposa, por ende, me despierto a cada rato”, externó.
El extranjero, detalló que ya había estado en la ciudad, pero ahora es más complicado conseguir donde dormir por la cantidad de migrantes que llegan a la ciudad.
Finalmente, pidió a los diferentes albergues que hay en la ciudad que les permitan el ingresos, principalmente a sus tres hijas y esposa, pues como hombre no corre tanto peligro en las calles.