La atención está puesta en la frontera Tecún Umán- Ciudad Hidalgo, pero miembros de la caravana han estudiado las posibilidades de cómo lograr cruzar hacia México. Saben que los “puntos ciegos” río abajo o río arriba son su única posibilidad.
La Guardia Nacional y el Instituto Nacional de Migración (INM) han hecho una demostración que ha cautivado a unos cuantos, pero a la caravana no le asusta y buscan alternativas para burlar en cerco fronterizo.
Dayron Mnedoza viaja en el grupo que ha llegado a Tecún Umán. Lleva meses estudiando por dónde pasar y tiene conciencia de un punto por el municipio de Metapa.
Diario del Sur visitó el lugar denominado Catesh, donde una balsa opera en el paso de personas.
El punto es ciego. Ni la Guardia Nacional ni el ejército ni nadie se para allí para detectar el paso de migrantes, que hasta el momento no se ha dado pero en ocasiones anteriores ha sido el sitio predilecto para el trasiego de mercancías de cualquier tipo, ya no se diga personas.
Desde el lado mexicano, llegar a estar terreno es complicado, no es de fácil acceso pero en un vehículo todo terreno se puede llegar.
"Aquí nosotros pasamos a la gente pero no nos metemos en problemas, por eso ni nos enteramos de la gente que pasa ni lo que pasan, porque sólo nos dedicamos a trabajar”, señala una de las personas que labora allí.
Del otro lado, ranchos que son propiedad privada conducen hacia el río Suchiate, y es allí donde algunos miembros de la caravana tienen los ojos puestos.
Y no es el único paso. Frontera Hidalgo también concentra pasos informales que no son custodiados por nadie. El escenario que ha montado la GN en la frontera sur sólo se enfoca en tres kilómetros del río Suchiate, pero no más.
Los migrantes esperan una oportunidad para saltar hacia esos puntos, aunque saben que la estrategia puede ser fallida y ser detenidos en cualquier momento, ya sea por las autoridades de Guatemala o en México.
Los operativos de vigilancia persisten en el casco urbano de Suchiate, no más allá de este municipio, por lo que existe la posibilidad de internación de migrantes en otros caminos que son propiedades privadas y colindan con el río internacional.