Jeremy Revilla, originario de Venezuela, llegó a Tapachula en su trayecto hacia un destino incierto, acompañado de su fiel flauta. La música, que en su país tocaba solo en la privacidad de su hogar, se convirtió en su medio de sustento en un lugar nuevo. En Venezuela, nunca imaginó presentarse en las calles, pero en México, la necesidad y el deseo de continuar lo llevaron a hacerlo.
Hace unas semanas, Jeremy dejó un trabajo en un bar debido a las largas jornadas y decidió dedicarse por completo a la música. A diario, toca melodías conocidas y otras que evocan su tierra, deleitando a quienes transitan por las calles de Tapachula. Canciones como "Molinos de Viento" de Mago de Oz y temas tradicionales venezolanos logran conectar con sus oyentes, quienes a menudo lo recompensan con monedas y gestos de apoyo.
Con un repertorio de cerca de 60 canciones, Jeremy pasa horas interpretando en las calles. Asegura que cada día es diferente, con ingresos que varían, pero lo importante para él es su sustento diario y el reconocimiento de su talento. Jeremy también reflexiona sobre su destino y afirma que, aunque su objetivo es llegar a Estados Unidos, cree firmemente que el progreso no depende de un lugar, sino de la mentalidad con la que se afronta la vida.
Para Jeremy, su trabajo como músico callejero es tan digno como cualquier otro, recordando a quienes lo ven que se gana la vida honradamente, como lo haría cualquier artista profesional. Su mensaje es claro: la riqueza y el progreso están en la mente, y cada persona tiene la capacidad de avanzar y construir su propio camino, sin depender exclusivamente de un salario.
“Jeremy Revilla, de Venezuela para el mundo”, se despide cada día de su audiencia, dejando un mensaje de perseverancia y fe en que, con trabajo y habilidades, cada persona puede salir adelante donde sea que se encuentre.