En Tapachula, la segunda ciudad más importante de Chiapas, se encuentra el albergue “Jesús el Buen Pastor del Pobre y el Migrante”, que desde hace más de 35 años trabaja a favor de estas personas y que se ha convertido en un faro de esperanza para quienes buscan el sueño americano y tienen que pasar por esta ciudad de la frontera sur de México.
A lo largo de los años el albergue se ha transformado en un refugio de solidaridad para personas migrantes que enfrentan situaciones de precariedad en su travesía rumbo a los Estados Unidos. En este lugar, Olga Sánchez y Herbert Bermúdez, fundadora y coordinador del albergue, respectivamente, así como su equipo, reciben diariamente a hombres, mujeres y niños de diferentes países que buscan mejorar sus condiciones de vida.
El albergue abrió sus puertas por primera vez antes de 1974, por la necesidad de ayudar a las personas en contexto de movilidad humana que eran mutilados por “La Bestia” (tren), que salía de la ciudad Salina Cruz, pero que dejó de circular después del paso del huracán Stan en el 2004.
Herbert Bermúdez, coordinador del albergue, mencionó que Olga Sánchez, conmovida por la situación de los migrantes y las dificultades que enfrentan, decidió fundar el albergue con la misión de proporcionar un lugar seguro donde puedan encontrar alimento, refugio y atención médica.
“El albergue ofrece diversos servicios esenciales: refugio y alimentación, donde los migrantes reciben tres comidas al día y un lugar seguro para descansar; atención médica y psicológica, ya que muchos llegan con heridas o problemas de salud después de una difícil travesía”, expresó.
Añadió que también se imparten talleres de capacitación para quienes buscan aprender nuevas habilidades que puedan ayudarles a construir una vida mejor, así como educación a los menores a través de una escuelita que tiene al interior del albergue.
Señaló que el albergue enfrenta importantes desafíos económicos para poder atender a miles de migrantes que pasan por el, ya que la mayoría de los recursos provienen de donaciones de personas solidarias, organizaciones no gubernamentales y, en algunos casos, ayuda del gobierno. Sin embargo, estos fondos suelen ser insuficientes para cubrir todas las necesidades.
“El inmueble enfrenta problemas de sobrepoblación por el gran número de personas que atiende el lugar, principalmente niñas, niños y mujeres, ya que la creciente ola migratoria en la región ha elevado la demanda de sus servicios”, abundó.
Puntualizó que tiene la intención de seguir expandiendo los servicios del albergue para poder atender a más personas. Sin embargo, el futuro depende de que se mantenga el apoyo de donantes y que se fortalezcan las políticas de ayuda humanitaria en la región. La comunidad y los gobiernos podrían jugar un papel crucial en asegurar la continuidad de esta obra.
Son más de mil 700 diarios en Tapachula
En los últimos años, el Albergue Jesús el Buen Pastor ha experimentado un notable crecimiento en su capacidad de atención a migrantes en tránsito por las diferentes olas migratorias que han ingresado por la frontera sur de México con Guatemala.
El albergue ha pasado de recibir a 190 personas en sus primeros años de operación a más de mil 700 migrantes en la actualidad, provenientes principalmente de Centroamérica y Sudamérica, así como de Asia, quienes llegan en busca de mejores oportunidades de vida. Al año, el albergue atiende a más de 600 mil personas
Las personas siguen saliendo por problema de economía, seguridad, pobreza y otros factores estructurales que los obligan a salir de sus país de origen en busca de un sueño lejos de su país e incluso de su familia.
Cabe hacer mención que el 40 por ciento de los migrantes que transitan por la ciudad no pasan por albergues, ya que cuentan con recursos o con familiares o amigos que les permiten avanzar en su travesía para llegar a los Estados Unidos.
En los últimos meses, el albergue ha reportado un flujo diario de hasta mil 800 migrantes, muchos de los cuales llegan atraídos por la posibilidad de gestionar la CBP One, un trámite que facilita su documentación para ingresar a Estados Unidos de manera legal.
El Albergue Jesús el Buen Pastor continúa siendo un espacio de esperanza para aquellos migrantes en situación de vulnerabilidad, brindándoles un respiro y una oportunidad de avanzar en su búsqueda de una vida mejor.
El albergue está para las personas que realmente lo necesitan, ya que el apoyo que brinda lo dan de todos corazón y sin un fin de lucro, ya que no se les cobra nada por la ayuda brindada a las familias migrantes que llegan a la ciudad en su travesía a los Estados Unidos.