Jordán, originario de Cuba de 40 años de edad, abandonó el sueño americano tras encontrar una oportunidad de trabajo como chofer de colectivo, convirtiéndose en el primer migrante en trabajar en el transporte público.
Él es uno de los miles de migrantes que ingresan por la frontera sur con la intención de llegar a los Estados Unidos, pero las dificultades que atravesó en el camino, hicieran que renunciara a ese sueño y, por lo tanto, decidió establecerse en esa ciudad.
Dijo que desde hace más de un año salió de su país (Cuba), por el grave problema social y económico que se vive, en donde hay hambre y donde las oportunidades de superación son nulas y el gobierno solo los reprime.
La travesía ha sido de las complicada y dolorosa, desde cruzar el Darién hasta pasar países sin una solo moneda en el bolsillo, pero con un montón de ilusiones y con el firme objetivo de sacar de su país a su familia.
Contó que llegó Tapachula desde hace más de 6 meses, y al principio se enfrentó a un sin fin de vicisitudes, principalmente en la lentitud de atención por parte del Instituto Nacional de Migración (Migración) y de la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (COMAR).
Dijo que tras meses de espera pudo obtener el documento que lo reconoce como refugiado y decidió buscar trabajo, a principio se encontró con rechazos, sin embargo, buscó emplearse en el transporte público, ya que en su país se dedicaba también a este oficio.
" A principio fue difícil porque nadie quería darme trabajo, y más porque soy migrante cubano, pero afortunadamente una persona confío en mí y fue así como tuve que sacar mi documento para poder manejar acá", abundó.
Indicó que hace un mes pudo sacar su licencia de conducir para andar en regla y fue así como una persona le dio la oportunidad de ser chofer de un colectivo de la ruta Libertad - El Carmen.
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Jordán narró que el primer día se sentía nervioso porque no sabía el sentido de las calles ni la ruta, pero poco a poco a podido adaptarse a este trabajo y gracias al apoyo de su patrón ha podido salir adelante.
Señaló que todos los días inicia a trabajar a las 6 de la mañana y termina su jornada a las 8 de la noche y aunque están en temporada baja al no haber clases, lograr ganar entre 400 y 500 pesos diarios, recursos que le sirven para cubrir sus necesidades básicas.
"Espero ahorrar recursos lo más pronto posible para traer a mi esposa y a mis dos hijos que están en Cuba e iniciar una nueva vía en esta ciudad, en donde la gente es muy noble, aunque muchas veces otras personas han manchado la imagen del migrante", sostuvo.