Desde tiempos inmemoriales, la falta de caminos en la zona alta de Tapachula, ha sido el principal factor de abandono y rezago, al grado de que los niños y jóvenes dejan sus estudios por no tener la forma de ir a las escuelas y tengan que esperar a crecer un poco para ponerse a trabajar.
El ejido Toquián Chiquito, enclavada en la zona cafetalera de Tapachula es una comunidad con una alta marginación, donde se carece de todo: clínicas, escuelas, desarrollo social, pero la necesidad número uno son los caminos, porque sin ellos, viven en constante marginación, pues solo se trasladan en veredas y sus comestibles lo tienen que cargar en sus espaldas por varias horas.
Alma Bartolón es una de decenas de personas que nacieron cuando ya había esa necesidad y en la que ningún gobierno se ha interesado en solucionar, menciona que son 4 kilómetros de camino los que se necesitan para marcar la diferencia entre el atraso o el desarrollo.
Con singular expresión, narró que la mayoría de los niños y jóvenes solo logran estudiar la primaria a través del CONAFE, y al no haber un camino adecuado para el paso de vehículos tienen que abandonar sus sueños de continuar con preparación educativa, "Yo quería ser maestra, pero tuve que renunciar a mi sueño, porque no hay manera como salir de comunidad más que caminando por veredas que se vuelven peligrosas y las en temporada de lluvias", abundó.
Mientras que Eusebio de León, asegura que lo más triste es que ningún funcionario público se había preocupado por visitarlos y conocer de cerca sus carencias, puesto que solo en campaña es cuando se enlodan los zapatos para pedir el voto, pero cuando se les busca para atender sus demandas nunca están.
"Como jóvenes es preocupante que por no tener caminos adecuados tengamos que truncar nuestra preparación educativa, y nos nos llena de tristeza de que nadie nos escuche", sostuvo.
El que el gobierno componga los caminos de Toquián Chiquito, beneficiaría a otras comunidades cercanas a mejorar su condición de vida, porque sirve de acceso o puente para que más familias tengan acceso a la carretera, pues hoy en día tienen que caminar más de dos horas cargando sus mercancías, y no se diga cuando hay una emergencia médica.
Los habitantes de Toquián Chiquito nunca habían recibido la visita de un funcionario público, pero ahora tienen la esperanza de que se les escuche, porque ya cuentan con un expediente técnico de la apertura de su camino, gracias a la intervención del delegado de obras públicas, Esli Álvarez, que llegó hasta esa comunidad a entregárselos.
Ahora los miembros de la comunidad tienen un avance importante a su petición, ya que con el expediente técnico pueden gestionar la obra ante la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas del gobierno federal para, finalmente, tener una esperanza real a su petición histórica.