Escuintla, Chis.- La caravana migrante denunció el hostigamiento y represión por parte de Policías Federales y autoridades de cada de uno de los municipios que han atravesado.
Mikel Hernández activista y dirigente cubano de la caravana, señaló que la noche del lunes tuvieron que dormir en una garita de Capufe abandonada, donde no tenían luz ni baños, tampoco un sitio cercano para intentar obtener alimentos.
“La gente de Villa Comaltitlán se comprometió a proporcionarnos energía eléctrica para las mujeres durmieran con sus niños, no lo hubo, por eso tuvimos que establecer vigilancia y redoblarla, los hombres no hemos dormido ni comido, porque estamos expuestos a los traficantes de personas”, dijo.
Apuntó que al llegar a la cabecera municipal de Villa Comaltitlán, la Policía Municipal les informó que a kilómetro y medio les tenían preparada comida, pero todo fue una farsa para que no ingresaran a la mancha urbana y continuarán su camino.
Lo mismo ocurrió en Huixtla, donde patrullas de la Policía Federal impidieron el acceso a la ciudad y se establecieran para descansar, como lo han hecho otras caravanas. Incluso, señaló que el alcalde de Villal expuso que no podían ingresar a la mancha urbana debido a que hay feria patronal y les dio como opción dormir cerca del río.
“Nosotros no somos animales para que nos manden al río y no estamos exigiendo nada, sólo pedimos un pedazo de piso para poder dormir, un sitio donde nos podamos cuidar todos”, finalizó. La caravana migrante avanzó este martes hasta el municipio de Escuintla, aún en la región Soconusco de Chiapas, donde se decidió pasar la noche, para este miércoles emprender de nuevo el viaje hacia los límites de Oaxaca.
En el contingente viajan muchos niños acompañados de sus padres, sin embargo, comienzan a presentarse cuadros de deshidratación debido a que no tienen alimentos ni agua, mientras unidades de protección Civil, Policía Federal y grupo beta solo vigilan el trayecto de los extranjeros.
Según los dirigentes de la caravana, se habla de un aproximado de 2,800 personas que viajan en estas condiciones, mientras que prevén que en próximos municipios como Arriaga se agreguen más migrantes que han quedado varados en los últimos meses.
Los miembros de la caravana han pedido a la sociedad civil los ayuden con agua y alimentos en la medida que puedan, incluso solicitan que alguien los ayude con sus traslados para poder llegar a la frontera norte.
El grupo ha comenzado a dispersarse, unos por la desesperación de llegar pronto a los próximos poblados y otros ante la falta de energía que se han ido rezagando en el camino.