La Estela 5 de Izapa: Un enigmático relato tallado en piedra

La imagen central representa un "árbol del mundo", conectando el cielo con el agua, un concepto clave en la cosmovisión mesoamericana

Marcia Ramos / Diario del Sur

  · viernes 18 de octubre de 2024

La Estela 5 presenta un complejo diseño que ha dado lugar a diversas teorías sobre su propósito y significado / Foto: Mediateca INAH / México Desconocido

La Estela 5 de Izapa, un monumento monolítico mesoamericano, se alza como una de las piezas más enigmáticas del sitio arqueológico de Izapa, en la región del Soconusco, Chiapas. Este antiguo relieve tallado en andesita volcánica data del periodo comprendido entre el 300 a.C. y el 50 a.C., aunque algunas interpretaciones sitúan su creación hasta el 250 d.C. A pesar de ubicarse en territorio maya, se cree que la civilización responsable de su construcción pertenecía al grupo Mixe-Zoque.

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Pesando aproximadamente 1.5 toneladas, la Estela 5 presenta un complejo diseño que ha dado lugar a diversas teorías sobre su propósito y significado. El monumento cuenta con 12 figuras humanas, 12 animales, 25 representaciones botánicas o inanimadas y 9 máscaras de deidades, todas talladas con un estilo detallado y opulento. Estas múltiples escenas sobrepuestas han llevado a los expertos a sugerir que la estela es narrativa, probablemente mitológica y religiosa en su contenido.

Descubierta por el mundo occidental en la década de 1930, fue documentada formalmente en 1941 por el arqueólogo estadounidense Matthew Stirling para el Instituto Smithsoniano. A lo largo de los años, diversos investigadores han examinado el monumento, generando diferentes interpretaciones sobre su simbolismo. Una de las teorías más aceptadas es que la imagen central representa un "árbol del mundo", conectando el cielo con el agua, un concepto clave en la cosmovisión mesoamericana, donde el agua simboliza el inframundo.

Las epigrafistas Linda Schele y Mary Miller sugirieron que la estela podría registrar un mito de creación, en el cual los primeros humanos emergen de un hoyo en el árbol del mundo, mientras figuras sentadas alrededor de ellos participan en el evento. Por otro lado, la historiadora Julia Guernsey sostiene que las figuras representan a la élite de Izapa realizando rituales, posiblemente en una escena histórica o ritual real, todo enmarcado en el simbolismo de la creación.

Este monumento sigue siendo objeto de estudio y debate, destacando la profunda complejidad cultural y religiosa de las civilizaciones que florecieron en la región del Soconusco hace más de dos mil años.