Aun cuando Chiapas no es conocido como un estado productor de la flor cempasúchil, en Tapachula, la familia Rangel Salvador ha cultivado esta flor emblemática del Día de Muertos durante más de cuatro décadas, convirtiendo su producción en una actividad vital para su comunidad.
Son más de ocho hectáreas dedicadas a la producción de la también llamada "flor de muerto", las cuales están establecidas en la comunidad de Tinajas, ubicada en la zona baja, aproximadamente a unos 25 minutos del centro de Tapachula.
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La familia tapachulteca ha mantenido esta tradición a través de cinco generaciones, quienes se especializan en la producción de la variedad de cempasúchil de 20 pétalos, conocida en náhuatl como “Cempohualxochitl”.
Un cultivo familiar
Ernestina Rangel Rivera, dio a conocer que han pasado cinco generaciones de su familia trabajando en la producción de laflor cempasúchil, convirtiéndo este cultivo en una herencia familiar.
Dijo que el cultivo de esta especie de flor ayuda a subsistir a más de 10 familias, entre tíos, primos, hermanos, sobrinos, quienes han adquirido la pasión y el amor por mantener viva las tradiciones.
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Señaló que durante la temporada de cosecha, toda la familia participa en la recolección de las flores, desde los abuelos hasta los más pequeños, quienes ven esta actividad como un espacio de convivencia familiar.
“Esta es una tradición que tenemos en la familia, producir la flor cempasúchil, lo cual es algo costoso, pero tenemos una muy buena recompensa por el arduo trabajo que realizamos durante ocho días”, expresó.
Contó que la jornada laboral para la familia comienza a las seis de la mañana y se extiende hasta la noche, e incluso hasta la madrugada, ya que la flor no debe estar expuesta al sol durante mucho tiempo, ya que se marchita rápidamente.
La producción les ayude a subsistir
Ernestina Rangel indicó que aunque no se puede medir el volumen de la producción que logran cada año, cada familia puede ganar un promedio de 30 mil pesos con la cosecha de la flor.
Detalló que un ramo de cempasúchil se vende entre 35 y 50 pesos, dependiendo de si es en menudeo o mayoreo y sobre todo conforme este el precio en el mercado local.
“Somos afortunados porque no a todos se les da el producir la flor de cempasúchil en Tapachula y nosotros cada año cultivamos un promedio de 8 hectáreas durante esta temporada”, sostuvo.
Puntualizó que las flores producidas por la familia son distribuidas en los mercados de Tapachula, entre estos: mercado San Juan, Sebastián Escobar y Soconusco, así como en los centros de abasto de Huixtla, Cacahoatán, Unión Juárez, Tuxtla Chico y otros municipios de la región Soconusco.
Orgullosos de mantener viva las tradiciones
Doña Araceli Salinas, subrayó que este trabajo no solo representa una fuente de ingresos, sino también una conexión profunda con su cultura y herencia.
“Desde hace más de 40 años, hemos trabajado juntos para honrar a nuestros seres queridos en el Día de Muertos. Cada año, nos unimos como familia para cosechar y vender esta hermosa flor”, acotó.
Remarcó que la cosecha no es solo un trabajo, sino un ritual que los une y les recuerda la importancia de las tradiciones, ya que embellece los altares de los difuntos.
“Estamos orgullosos de mantener viva esta tradición. Cada ramo de cempasúchil que vendemos no solo lleva nuestra dedicación, sino también el amor y el recuerdo de nuestros seres queridos”, agregó.
Con cada temporada de cosecha, la familia Rangel Salvador no solo asegura su sustento, sino que también perpetúa un legado cultural que enriquece a la comunidad de Tapachula y honra la memoria de aquellos que han partido. La flor de cempasúchil, además de ser un símbolo de vida y muerte, se ha convertido en un emblema de unidad y tradición familiar.