En Tapachula, una historia llena de misterio y melancolía ha pasado de generación en generación, alimentando las noches de relatos y leyendas. Se trata de la historia de María, una niña que, según los testimonios, aún recorre el Panteón Municipal, dejando a quienes la encuentran con una mezcla de asombro y temor.
Cuenta la leyenda que María vivía con su madre en esta ciudad. Era una niña muy apegada a su madre y a sus pertenencias, en especial sus juguetes. Sin embargo, la tragedia golpeó su vida cuando su madre enfermó y falleció.
María quedó al cuidado de su abuela, quien le brindaba todo el cariño posible, pero nada lograba llenar el vacío que dejó su madre. La tristeza se apoderó de la pequeña, y no pasó mucho tiempo antes de que también falleciera.
Desde entonces, su cuerpo descansa en el Panteón Municipal de Tapachula, pero su espíritu parece haberse quedado vagando por el lugar. Habitantes de la ciudad aseguran haberla visto rondando entre las tumbas, siempre con la apariencia de una niña inocente.
Uno de los relatos más conocidos sobre María ocurrió una noche, cuando unos hombres llegaron al panteón con la intención de visitar las tumbas de sus seres queridos.
Para su sorpresa, el portón estaba cerrado con candado. A pesar de sus insistentes llamados, no lograban contactar al velador, pero entonces apareció una niña. La pequeña llevaba consigo un juego de llaves, que entregó a los hombres para que pudieran entrar.
Agradecidos, le dieron algunas monedas a la niña antes de ingresar al camposanto. Sin embargo, poco después de entrar, el velador apareció y, al notar su presencia, les preguntó cómo habían accedido. Los hombres le explicaron que una niña les había facilitado las llaves, describiéndola con detalle.
El velador, al escuchar la descripción, se estremeció. Sin dudar, los llevó a una tumba y les reveló que esa niña se llamaba María y que llevaba años muerta. Para confirmar la historia, les mostró la tumba: sobre ella estaban las monedas que los hombres habían entregado minutos antes a la misteriosa niña.
Este evento dejó a los testigos impactados, y su relato se sumó a las muchas versiones que dan vida a la leyenda de María, la niña que sigue habitando el Panteón Municipal de Tapachula, ofreciendo un encuentro entre lo sobrenatural y lo humano.