En la víspera de la celebración a la Virgen santísima de Candelaria, Tuxtla Chico luce desfigurado a comparación de otros años, debido a la pandemia del Covid que llevó a cancelar la feria patronal y las alfombras que llevan décadas realizándose cada 2 de febrero.
Este domingo, durante la celebración de misas, las autoridades eclesiásticas hicieron el llamado a las familias de la frontera sur a evitar cualquier tipo de actividad que ponga en riesgo a los feligreses y pobladores.
La parroquia de esta población colindante con Guatemala sigue recibiendo a los fieles católicos, sin embargo, la víspera de la celebración luce triste, debido a que para estas fechas la concurrencia de personas a la iglesia era alta, lo que ahora no se permite.
Aunado a esto, el parque central también luce desierto, a comparación de 2019, cuando ya estaban instaurados los puestos y comercios para la feria, que cada año congrega a miles de personas.
A esto se suma que los vecinos de las principales avenidas de la localidad, no realizan los preparativos para las alfombras o romerías, ya que la celebración ha sido suspendida.
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“Este año la Virgen de Candelaria recorrerá las calles de su pueblo sólo acompañada de los taxistas del sitio Primero de Mayo, invitamos a las familias tuxtlachiquenses a seguir la celebración desde su hogar y a ver pasar a la Virgen”, exhortaron los párrocos de Santa María de Candelaria.
La festividad ha congregado a turistas nacionales y extranjeros desde hace más de tres décadas, pero en esta ocasión la pandemia ha desfigurado el fervor.
