Todos los municipios de nuestro bello estado celebran su tradicional feria de pueblo, en la mayoría de los casos en honor a algún santo patrono.
Las ferias son una gran fiesta donde se ofrecen atractivos culturales, artísticos, artesanales, ganaderos, gastronomicos y se incentiva la participación del comercio. Son muchas familias las que dependen de estos espacios para poder ofrecer sus productos, ir a una feria es un deleite a la vista, el olfato y sobre todo al paladar.
Te puede interesar: Cuenta regresiva, Feria de Huixtla inicia el 11 de febrero
Podemos encontrar en nuestro recorrido juegos mecánicos, de destreza, ropa, utensilios para el hogar, artesanias y sobre todo comida, mucha comida, entre ellos, churros, pizza, dulces, frutas curtidas, papas fritas y bebidas variadas como micheladas y jugo de caña.
El jugo de caña es una bebida emblemática de las ferias, hacerlo requiere de mucha paciencia, comienza desde la selección de la caña, exprimir la vara dulce en un artefacto hechizo de herencia familiar hasta convertirse en un elixir revitalizante que resulta siendo una delicia para la vista y el paladar, hay de sabores frutales, puede llevar chamoy, chile piquín, y si gustas le agregan un chorrito de licor.
Otro producto que no puede faltar en todas las ferias de la región son las papas fritas, deben ser papas blancas seleccionadas que son remojadas en agua con sal para potencializar su sabor, se acompañan con salchichas fritas, catsup, mayonesa y salsa verde.
Quienes se dedican a vender en las ferias lo han hecho por generaciones, manteniendo las tradiciones de nuestra región.