Desde hace más de 35 años doña Rubidelia Hurtado Morales y su familia se dedican a la elaboración de hojuelas, un delicioso elemento que no puede faltar en las celebraciones de las posadas y sentadas de niño Dios en Tapachula además de municipios circunvecinos.
Y es que lo que comenzó como una venta de hojuelas en la calle, se convirtió con los años en un negocio familiar; asimismo doña Rubidelia afirmó que el sabor y la consistencia de sus hojuelas las fue perfeccionando desde muy temprana edad, por lo que se considera que ella es una de las pioneras de esta deliciosa tradición en Tapachula.
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En otros estados del país la hojuela es conocida como buñuelo, sin embargo, este tipo de tortilla delgada y quebradiza que se elabora en el singular negocio de doña Rubidelia ha logrado consolidarse en el gusto de la gente.
Contó que este negocio le ha permitido sacar adelante a su familia, darles estudio a sus hijos, construir su casa y darle empleo a familiares y amigos que se han interesado en ayudarla.
“Este negocio es parte de nuestra esperanza de todos los años, a pesar que las personas que trabajamos aquí no tenemos un empleo formal o de gobierno, nos cae dinerito y salimos adelante, en mi caso, a través de la venta de hojuelas logré darle estudios a mis hijos, hoy son licenciados y arquitectos", sostuvo.
La temporada promisoria del negocio comienza con el inicio de las pre posadas y se extiende hasta inicios de febrero, fecha en que dan fin las sentadas de niño Dios con el Día de la Candelaria, por lo que en este periodo se llegan a elaborar hasta 3 mil 500 hojuelas diarias.
La receta tradicional de doña Rubidelia es única, gracias al cual han logrado estar en el gusto de la gente, basta con mezclar harina, leche, jugo de naranja y un toque de sal, para después preparar la miel con las que se bañan, hechas de azúcar y colorante rojo para darle ese toque especial.
Las famosas hojuelas, son las preferidas de las personas que viajan a varios estados del norte de la república y se llevan grandes cantidades para compartirlas con sus familiares.
"Nuestras hojuelas son adquiridas por personas de Cacahoatán, Puerto Madero, Tuxtla Gutiérrez, Tijuana, de Guadalajara y de la Ciudad de México, entre otros lugares, inclusive hasta la gente que viene de paseo de Guatemala las compran y se las llevan a sus lugares y nos han comentando que se conservan hasta por más de 15 días", abundó.
Ante la situación económica, doña Rubidelia ha decidido mantener el precio de venta a mayoreo, cuyo producto oscila en 600 pesos el centenar de este rico postre lleno de tradición y dulce sabor, quienes requieren en menor cantidad, se vende en 7 pesos la pieza, acompañada de miel.
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El negocio de doña Rubidelia, se ubica en la 11ª. Sur, frente a la escuela Sor Juana Inés de la Cruz, rumbo a la colonia Indeco. Forma parte de un claro ejemplo familiar, para salir adelante de la difícil situación económica.