Una de las tareas prioritarias en la Reserva de la Biosfera Montes Azules en la Selva Lacandona, en los límites con Guatemala, es la conservación del cocodrilo de pantano, con un trabajo de educación, concientización y formación de las localidades rurales, a la vez, proteger el corredor biológico que se forma con el Monumento Natural Bonampak, el Área Natural Protegida y Sierra la Cojolita, Francisco Emilio Roldán Velasco.
El Consultor del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) en la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas en la Reserva de la Biosfera Montes Azules, enfatizó que este trabajo de monitoreo biológico está ayudando a la protección de especies emblemática de la Selva Lacandona como el Jaguar, el mono araña, el saraguato, tlacuache, tucanes, pericos, loros, guacamayas, pecarí, tapir, entre otras.
La tarea de conservación de la fauna con las comunidades se despliega desde el Santuario del Cocodrilo y Santuario Tres Lagunas, el propósito es proteger, conservar y ampliar las poblaciones de la fauna silvestre de la región que necesitan para su sobrevivencia hábitat en muy buenas condiciones, para ello, a través de la educación y sensibilización se pretende abonar a evitar el saqueo.
Roldán Velasco compartió que a través del monitoreo de las especies con cámaras de fototrampeo ha sido posible observar especies que se creían extintas en la zona como el águila arpía, las actividades productivas no están peleadas con la conservación, también es posible fortalecer el ecoturismo que apoya económicamente a las comunidades de la Selva Lacandona.
El grupo indígena lacandón se ocupa fuertemente en las tareas de conservación de los recursos naturales, han ido eslabonando los centros eco turísticos y establecido corredores de bellezas naturales para el disfrute de esos espacios naturales con orden, con disciplina, actividad que impacta en la economía pero no afecta a los ecosistemas como la ganadería, comentó Roldán Velasco.
El ambientalista hizo un llamado a la población a colaborar en las tareas de conservación y de educación para evitar las extracciones de especies, los primeros interesados son los pueblos y comunidades de la región, un hábitat bien conservado garantiza su sobrevivencia de la fauna silvestre y los servicios ecosistémicos a favor de la humanidad.
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