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Una voz de humildad y sencillez es la carta de presentación para que integrantes de la banda conocida como “Las Paqueteras” realicen sus actividades de estafa y engaño en plena zona Centro de Tapachula, teniendo como su lugar de acción afuera de sucursales bancarias con la finalidad de obtener jugosos ingresos.
Desde el año 2019 se tiene conocimiento por parte de las autoridades locales de las actividades ilícitas por parte de esta banda, cuyo modo de operar es cazando a sus víctimas cuando salen de alguna sucursal bancaria. Ellas se aseguran que caminen solas y que sean de la tercera edad o provenientes de zona Alta u otra área rural.
Ante esto, se les acercan preguntando primero, cuestionando si traen su credencial de elector y que ellas tienen un problema de salud, por lo que les piden les hagan favor de cambiarles un poco de dólares que les dejaron, pero que ellas no saben cómo hacerlo.
Por consiguiente, ya entradas en confianza piden a su víctima que ingresen de nuevo al banco con los dólares a cambiar y en cambio les piden que dejen sus pertenencias en garantía de que regresarán con el monto en pesos, pero al volver se llevan la sorpresa que desaparecen de inmediato y que los dólares eran una paca de billetes falsos o papel recortado.
La señora Jimena Soledad de 65 años de edad fue una de las tantas víctimas, en entrevista con Diario del Sur, dijo que iba caminando sobre la 4ª Norte y Central Poniente para dirigirse a retirar del cajero automático parte de su pensión y que ya tenía en mente que sacaría 15 mil pesos, por lo que lo hizo sin problema alguno, pero tenía la sensación que desde que entró y hacía sus movimientos ya estaba siendo vigilada, pero pensó que se trataba de una cosa sin importancia, por lo que decidió ir con rumbo a la esquina de la 1ª Poniente para comprar algunas cosas en el primer cuadro de la ciudad.
Dijo, sigilosamente se le acercó una mujer que vestía ropa de color gris de aproximadamente 55 años de edad, quien le manifestó si podía hacerle un favor, ya que ya ella no sabía ni leer ni escribir y que su hijo antes de regresar a los Estados Unidos le había dejado alrededor de 1,000 dólares, pero que ella había perdido su identificación oficial, por lo que le pidió si podía hacerle el favor de cambiárselos, al tiempo que le enseñó el fajo de billetes y los envolvió en un pañuelo de color azul, pero en lo que la entretenía a la mujer pensionada, la paquetera colocó recortes de periódico al interior del fajo de dinero y se lo dio, pidiéndole que dejara su bolso de mano en donde guardó lo retirado, algunas cosas personales, ya que el dinero que iba a cambiar le serviría para poder cambiar y comprar medicamentos junto con una despensa, ante lo cual, la señora Jimena accedió con la finalidad de ayudar al prójimo.
Al llegar al cajero y percatarse que los mil dólares eran recortes de periódicos, rápidamente volvió a la calle para buscar a la mujer que le había pedido el favor, pero ya no se encontraba; la buscó por las calles aledañas y hasta que no pudo más le dijo a unos policías municipales que había sido víctima de una estafa y robo, por lo que montaron un operativo ráfaga para poder ubicarla, pero desgraciadamente no tuvieron resultados positivos.
Como este caso hay por lo menos hay 12 que han sido documentados por las diferentes corporaciones policiacas, quienes han intentado por medio de las cámaras del Escudo Urbano C5 seguir sus pasos, pero se cambian de ropa rápido y huyen, ya sea en un vehículo particular o en un taxi que los espera a dos cuadras o en donde se genere un punto ciego para despistar a las autoridades.
La mayoría de víctimas dieron parte al número de emergencias 911, pero desgraciadamente no continúan su proceso ante la Fiscalía General del Estado (FGE) por miedo a represalias o porque para ellas el proceso de que la misma autoridad se apresurara a sacar una orden de aprehensión es muy tardado.
Por otro lado, se tiene el caso de la señora Jovita Vivaldo, quien fue abordada por una de las “paqueteras” quien le hizo el mismo cuento, que si le podía cambiar unos dólares, pero al llegar a la caja de la sucursal del banco se dio cuenta que solo eran pedazos de periódico cortados en forma de billetes, mientras ella le había dejado sus cosas en donde tenía la cantidad de 30 mil pesos en efectivo que le servirían para el pago de colegiaturas de sus hijos, regresó al lugar donde dejó a la paquetera, pero ya se había escapado, sin tener ninguna pista de ella.
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“Cómo es posible que personas mañosas lucren con el apoyo que se le brinda al prójimo, más si son mujeres de la tercera edad. Ojalá y algún día sean encarceladas, porque saben cómo escabullirse y esconderse, como si fueran delincuentes profesionales.
Es de hacer mención, urge que las autoridades se pongan a trabajar y estén monitoreando afuera de los bancos, qué personas son las que andan vigilando a los cuentahabientes”, puntualizó.
