La Línea “K” del tren en la Costa chiapaneca, que forma parte del Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec, revivirá tras 20 años de ser suspendida tras el paso del huracán Stan, el cual arrasó con puentes y vías en 2005.

Luego del anuncio del expresidente de la República Andrés Manuel López Obrador, sobre la nacionalización de las vías del ferrocarril, tras ser privatizadas en 1998, se informó también la rehabilitación de la vías férreas desde el puerto de Veracruz, pasando por el Istmo de Oaxaca para terminar en Ciudad Hidalgo, Chiapas.

Rogelio Camas, ingeniero a cargo de los trabajos de la línea K en Huixtla, manifestó que ya está colocado el puente sobre el cual en el mes de enero se instalarán las vías, mientras se comienza la construcción de un parque lineal.

“Está obra del gobierno federal es construida por tres constructoras y el objetivo es terminar los trabajos para el mes de octubre del 2025, cuando se tiene planeado la inauguración de la obra. Ahorita estamos terminando de poner la estructuras más grandes de fierro que forman el puente y las losetas que van a los costados; enseguida otra empresa colocará las vías férreas y simultáneamente se comenzará a construir el parque lineal debajo del puente, el cual abarca solo la cabecera municipal, por donde pasa este proyecto”, mencionó el ingeniero.

En lo que respecta a la antigua estación ferroviaria, dijo que se busca preservar el edificio por su antigüedad y belleza arquitectónica, ya que prácticamente sobre él estará el andén donde los visitantes y usuarios podrán abordar el tren, mismo que abarcará desde la Avenida Juárez hasta la calle Independencia.

Finalmente Rogelio Camas indicó que entregando la obra en el año 2025, se estarán cumpliendo 20 años que el huracán “Stan” arrasó con el tren en la zona Costa de Chiapas.

Pobladores al margen de la línea

La construcción de la Línea K del tren ha generado mucha polémica, ya que pobladores que habitaban sobre las márgenes tuvieron que vender una parte de su terreno o vivienda por la construcción del proyecto, el cual tenía la necesidad de tener 20 metros libres en cada orilla, lo que generó inconformidades de quienes al final tuvieron que aceptar el recurso que se asignó para comprarles.

Norma Cisneros tiene su domicilio en la calle Ferrocarril, muy cerca de la carretera que conduce al ingenio azucarero. Manifestó que le costó adaptarse a que frente a la entrada de su terreno se construya la obra, donde ha visto pasar frente a sus ojos maquinarias, camiones, estructuras gigantes además de soportar el ruido y lo intransitable que se volvió el sector.

Otros vecinos aseguran que ya se acostumbraron a los continuos apagones en el suministro de energía eléctrica, unos más se quedaron sin el servicio de televisión por cable, telefonía y hasta agua potable, por vivir muy cerca de la megaconstrucción.

En la cabecera las quejas más frecuentes son las vías de comunicación cerradas, al impedir el tránsito vial sobre las Avenida Matamoros, Juárez e Independencia entre otras, además del caos vial que se genera cuando los pesados camiones mueven las estructuras de grandes dimensiones entre las calles de la ciudad, sin embargo, con el paso de los meses se fueron acostumbrando y cada vez que destapan una vía de comunicación se ve más cerca el regreso a la normalidad.

¿Será seguro viajar en el tren de la Línea K?

Un punto qué cuestionan los ciudadanos es saber si será seguro viajar en el tren, sobre todo ante el incremento de la inseguridad en todos los municipios donde volverá a pasar este medio de transporte.

Otra inquietud es que se desconoce en qué poblaciones va a detenerse, aunque ya se sabe que en Huixtla y Tapachula sí habrá ascenso y descenso.

Pobladores esperan que el gobierno de Claudia Sheinbaum garantice la integridad física de quienes decidan utilizar la Línea k en la Costa chiapaneca, golpeada a últimas fechas por la inseguridad, aunado al tema de la migración, ya que podría nuevamente aprovecharse este transporte como antes lo hacían con el tren carguero que transitaba en la misma región y al que le llamaban “La Bestia”, donde viajaban miles de migrantes.