El obispo de la diócesis de Tapachula Jaime Calderón afirmó, que la Iglesia Católica no es indiferente a la complejidad del desplazamiento de las movilizaciones humanas en Centroamérica, y aunque a nosotros no nos toca abrir la frontera o proponer políticas y leyes migratorias, toca humanizar esas políticas, leyes y atenciones en materia de migración y estar del lado de quien lo necesita.
Ayudaremos en lo que podamos con tal de hacer menos pesado su recorrido por nuestro territorio. Por supuesto, que nuestra ayuda no es más que un esfuerzo dentro de todo lo que la sociedad en general realiza.
Jaime Calderón Calderón Obispo de la Diócesis de Tapachula.
Expuso, que como Diócesis de Tapachula ofrecen un servicio permanente a todo hermano que pasa por nuestras tierras en el albergue Belén. Este espacio es la primera ayuda con la que cuenta el migrante a su llegada, mismo que unos días fue abierto con un equipo de sacerdotes al frente para su funcionamiento.
“Atenderemos y serviremos a todos aquellos que quieran entrar, pero no nos hacemos cargo de los que sólo llegan con fines delictivos y permanecen afuera. Al respecto, hemos pedido que las autoridades correspondientes actúen cuidando del bienestar de todos”, aseveró.
El obispo de Tapachula destacó, que se implementa el plan que han realizado en experiencias pasadas y les ha funcionado para acompañar a los hermanos de Centroamérica. Los puntos donde concentraren la ayuda serán en Suchiate, Tapachula, Mapastepec, Pijijiapán y Arriaga o Tonalá.
“Lo que a nosotros nos corresponde lo haremos, no nos toca generar leyes o transformaciones sociales que son la raíz de problemática migratoria pero si darles de comer, darles atención, sin juzgar, a nosotros nos toca solo ayudar, porque creemos que esta es una acción humanitaria que nos toca hacer y no podemos eludirla”, aseveró.