Diario del Sur ha dado cuenta puntual del éxodo migrante que desde hace más de un año se ha vuelto recurrente en esta región del país, personas en situación de movilidad pasar a diario por Tapachula como un medio más para llegar a los Estados Unidos, la meta final en donde buscarán vivir el conocido "!Sueño americano", que, se supone será tener una casa, un auto y un buen ingreso que les permita vivir holgadamente y enviar dinero a sus familiares en sus países de origen".
Lamentablemente esta historia no siempre encuentra un final feliz, algunos son deportados en el camino, otros asaltados se tienen que regresar, hay quienes deciden vivir en alguno de los lugares que conocen mientras van avanzando y, en el peor de los casos, hay quienes incluso llegan a perder la vida en aras de un sueño del que ya no despertarán.
Con la intención de conocer su destino, este reportero se puso en contacto con algunos migrantes venezolanos cuyos números siguen siendo los mismos y nos han contado sobre el destino que han tenido luego de estar en Tapachula, como tantos otros, en busca de llegar al país del norte.
El primero que contactamos es Willy Millan, quien narró para este medio que él personalmente tardó tres meses en recorrer México, cruzar a Estados Unidos y así finalmente llegar a Miami, este sueño que parece tan lejano desde su nación, se inició únicamente con 50 dólares, todo el capital que le acompañaba cuando salió de su natal Venezuela, pero logró el sueño americano pidiendo dinero, pasando hambre y durmiendo en la calles desde Colombia hasta la frontera norte de México.
Millán decidió salir de su país para poder ayudar a su madre quien se encuentra enferma del corazón y necesita una operación lo más pronto posible, ya que de lo contrario podría perder la vida.
Detalló que la ruta de los venezolanos los lleva a Cúcuta, que es una ciudad fronteriza con Colombia, posteriormente se van a Necocli; en donde agarran una embarcación para llegar a Panamá y la ruta sigue por Costa Rica, Centroamérica, México y finalmente Estados Unidos.
“Yo para poder llegar a los Estados Unidos pedía dinero en las calles porque no tenía un familiar que me ayudara, en Tapachula vendí comida, cigarros y salí en una caravana a Tapanatepec, Oaxaca, en donde me dieron un permiso para salir a México, después fue Monterrey y busque las vías de ferrocarril para ir a Momclova y finalmente Piedras Negras, Texas; ahora ya estoy en Miami trabajando”, expresó.
Por su parte, Ángel Francisco Hernández, comentó que tardó cuatro meses para llegar a los Estados Unidos y que los países en donde tardó más para pasar fue Honduras, Guatemala y México, ya que no les querían dar un permiso para seguir avanzando.
“La experiencia mas fea que vivimos los venezolanos es pasar la selva del Darién, ya que ahí se quedan muchas perdonas muertas que no pueden salir después de caminar por días, pero gracias a Dios logré llegar a mi destinos y ahora estoy en Washington trabajando para mandar a traer a mi familia”, mencionó.
Añadió que el camino no es fácil porque se sufre mucho por la violencia y discriminación de que son víctimas hasta por parte de las autoridades de los países que pasaron, ya que los tratan como delincuentes, invasores y que llegan a quitarles las oportunidades a otras personas.
Aseguró que las personas que migran no lo hacen por gusto, sino por las carencia, pobreza y violencia que se vive en la mayoría de los países de como Venezuela, Cuba, Nicaragua y Honduras.
Mientras que Javier Alfonso, a quien dimos a conocer en su momento como uno de los cinco hombres más altos del mundo, platicó para este medio que corrió con una mejor suerte que muchos de sus connacionales, ya que tardó un mes y días en llegar a Miami, en donde está actualmente practicando boxeo y está siendo patrocinado por un promotor de esta deporte.
“La verdad a mi me han ayudado mucho para poder llegar a Estados Unidos, mi viaje fue muy rápido y no sufrí mucho como otros mis hermanos que siguen migrando de Venezuela por el mal gobierno de Nicolás Maduro”, externó.
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Precisó que a él actualmente le pagan la renta, le dan la comida y lo poco que le queda le sirve para ayudar a su familia que está en Venezuela, ya con 100 0 200 dólares en su país se pueden comprar varias cosas, afirmó.
Puntualizó que la travesía de los migrantes no es fácil, pues corren muchos riegos en toda la ruta que hacen desde su país hasta los Estados Unidos, sin embargo, que vale la pena porque ahora ya pueden ayudar a su familia.
Cabe hacer mención que los migrantes salieron de Tapachula en distintas fechas y caminaron alrededor de 300 kilómetros para llegar a San Pedro Tapanatepec, en donde les dieron un permiso para continuar su viaje en autobús.