En la prolongación de la calle Belisario Domínguez, en los límites de Huixtla con Tuzantán, los habitantes se quejan de los lodazales provocados por los trabajos de la línea K del ferrocarril, a pesar de que no ha llovido en los últimos dos días en la ciudad de La Piedra.
Esta avenida, conocida como Prolongación Belisario Domínguez, es la última vía de la ciudad, no está pavimentada y se ubica detrás de los terrenos de la feria y de la colonia Revolucionaria, en los límites del municipio con Tuzantán.
La calle está siendo utilizada por camiones pesados que ingresan a las antiguas vías del ferrocarril, donde se construye el puente elevado de la línea K ferroviaria. La primera etapa de esta obra estaba programada para concluir en octubre, pero aún presenta retrasos.
Los vecinos de la calle se quejan de que, aunque no ha llovido recientemente, no pueden salir de sus casas sin mancharse con los lodazales formados por el paso de pipas de agua en mal estado que dejan regado el líquido. Además, los camiones pesados han generado grandes baches.
Los habitantes hacen un llamado a las autoridades para que tomen medidas y piden a las constructoras de la línea K ser más cuidadosas para evitar los daños, que afectan principalmente a los estudiantes, quienes no pueden llegar a sus escuelas sin ensuciarse con lodo.