Magdalena Yoshiko Yamasaki Sakai, con una trayectoria de 28 años en la docencia, platicó para Diario del Sur que no quería estudiar para maestra, pero fueron sus amigas quienes la impulsaron en esta carrera ya de grande, la cual le ha dejado grandes satisfacciones a lo largo de los años.
Su historia con la educación y los niños de primaria empezó a sus más de 30 años de edad, cuando trabajaba en la normal Fray Matías de Córdoba y la directora era Lidia Abarca, quien le dijo que estudiara para maestra de primaria, “Yo no tenia la intención de estudiar para profesora, porque siempre había dicho que no me miraba como docente y al final terminé por conquistar el cariño de los niños, así como de los padres de familia”, expresó.
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Añadió que la primer escuela en la que impartió clases fue en Ciudad Cuauhtémoc, posteriormente llegó al municipio fronterizo de Suchiate y terminó su carrera en Tapachula dando clases a niños de primero, segundo, así como de tercer año.
Considera que la educación de los menores era mucho mejor antes que la impartida en la actualidad, pues había más interacción entre los maestros, alumnos y padres de familia que ayudaban mucho, algo que no hacen muy a menudo, “Actualmente hay mucha tecnología, la mayoría de los alumnos traen teléfonos y eso los ha alejado mucho de la convivencia con sus compañeros, maestros e incluso de los propios padres de familia”, abundó.
Pidió a los padres que ayuden mucho a sus hijos en el tema educativo y no dejen toda la responsabilidad a las o los maestros del nivel que sea: inicial, preescolar, primaria, secundaria, preparatorias y superior, pues es de vital importancia para los estudiantes.
Dijo que los momentos más gratos que pasó en la escuela era a la hora del recreo, por la convivencia que había, ya que se involucraba con ellos y en ocasiones la llegaron a tirar los niños cuando jugaban a las agarradas, ya que es muy pequeña.
Finalmente invitó a las madre y padres de familia que trabajen de manera organizada para que sus hijos tengan una educación de calidad y en los hogares se refuerce lo aprendido en las aulas de todos los niveles educativos.
Victoria Keiko Yamasaki Sakai, cuatro décadas dedicadas a las aulas
Su paso por las aulas durante 38 años le marcó la vida a la profesora, Victoria Keiko Yamasaki Sakai, quien impartió clases a nivel básico y superior en la Perla del Soconusco, “Se dice fácil 38 años dando clases, pero requiere de un gran esfuerzo y vocación para no salir corriendo de los salones por el bullicio de los alumnos, principalmente de las niñas y niños de primaria”, expresó.
Añadió que cuando empezó a dar clases en primaria había momentos en que mientras los alumnos hacían tareas ella se ponía a pensar si toda su vida la pasaría con los niños, por ende, buscaba dar clases a jóvenes universitario del Instituto Tecnológico de Tapachula.
Reconoció la vocación de los maestros de preescolar y primaria, pues ella no aguantó mucho tiempo en ese nivel, por ello, decidió estudiar ingeniería industrial e impartió la clases en la materia Fenómeno del Transporte y Operaciones Unitarias.
La convivencia con los jóvenes universitarios fue para ella muy buena, pues no eran muchos alumnos los que estudiaban la carrera de Ingeniería Química y podían convivir muy bien.
Destacó que la disciplina y honradez se lo enseñaron sus padres de origen japonés, así como la que fueron obteniendo a lo largo de la vida y la que mantuvieron en alto durante su paso por las aulas, “Yo a mis alumnos siempre les decía: me caigan bien o mal, si pasas, pasaste, pero si repruebas tienes que volver a cursar la asignatura”, abundó.
Señaló que actualmente las políticas son muy diferentes a la de años anteriores en materia educativa, pues no quieren que haya muchos alumnos reprobados y se empiezan a tener dificultades en lo educativo.
Lo estricta que fue frente a sus alumnos universitarios provocó que algunos no estuvieran contentos con ella y otros la han detenido para agradecerle que gracias a sus consejos estudiaron otra carrera.
Externó que los alumnos que destacan tanto se van becados al extranjero, como en sus momentos le paso a ella, que se fue dos años a Francia a prepararse académicamente para dar lo mejor a sus estudiantes.
Puntualizó que si la vida le diera otra oportunidad volvería a ser maestra a pesar de lo difícil que se vuelve en ocasiones en cualquier nivel educativo.