Aproximadamente 300 trabajadores provenientes de Guatemala están por llegar al corte de caña que comprende desde el mes de noviembre y finaliza el próximo mes de mayo del año 2023, gracias a esta fuerza agrícola logran evitar que la cosecha pueda perderse ante la falta de mano de obra local.
Uno de los productores de caña, José Luis Olivera dijo que han tenido que ir a buscar a los trabajadores agrícolas hasta los departamentos de San Marcos y Huehuetenango del lado guatemalteco, en su caso a pedirles de favor intervengan en el corte de caña, sin ellos se perdería la cosecha y su producto no llegaría a su destino final en México ni mucho menos a las exportaciones.
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Desde meses atrás y tras tener en cada fin de corte una base de datos de los trabajadores se tienen los contactos, se empiezan a promover los permisos ante el Instituto Nacional de Migración (INM), este trámite para poder realizarlo es lento por la alta demanda, la entrega de visas como trabajadores fronterizos les lleva tiempo.
En entrevista en exclusiva para Diario del Sur pudimos platicar con Pedro Gamarro de nacionalidad guatemalteca quien relató que se siente afortunado porque sus patrones mexicanos lo llegan a buscar hasta su casa, lo apoyan con sus papeles migratorios, costean sus viáticos y sobre todo le dan donde dormir.
“Afilo mi machete, en menos de dos minutos logro cortar rápido la caña, hago mi tarea de juntar montones cada uno a mi me lo pagan a 34 pesos, trato de hacer unos 20 en todo el día logrando un total de 680 pesos, me gusta el campo aunque también es peligroso de repente por algunas culebras que se esconden entre el monte, contento con mis jefes ya que llevan hieleras cargados de agua, refresco y una que otra golosina, nos consienten, eso nos agrada porque son muy amables, sabemos que somos bastante de Guatemala quienes vamos al corte de caña a México” afirmó.
Fernando Zepeda originario de Belisario Domínguez comentó que el acude junto con sus dos hijos para poder llevar un sustento a su casa, aprovecha los meses de la zafra y ya se ha vuelto una tradición que siempre cuente con él a pesar de que es parte de los pocos mexicanos que laboran en la ciudad de la piedra.