DATO: El 9 de enero de 2019 fue el propio Obispo de Tapachula Jaime Calderón quien dio a conocer que el albergue Belén reiniciaría operaciones luego de estar cerrado varios meses, pero desde una perspectiva diocesana, es decir con orden y respeto para acompañar a los migrantes y refugiados.
Mas de 10 mil personas migrantes precedentes principalmente de países del triangulo norte de Centroamérica han sido atendidas durante este primer año que la diócesis de Tapachula tomó el control del Albergue Belén, ubicado en la colonia san Antonio Cahoacán.
La causa que refieren por la que huyen de sus países, es por la excesiva violencia generada y que además corre mucho peligro sus vidas
César Augusto Cañaveral Pérez, Director del albergue Belén Diocesano
En entrevista el presbítero Cesar Augusto Cañaveral Pérez director del albergue Belén Diocesano informó que, a un año de haberse cambiado la administración de este lugar, se han dado importantes cambios relacionados a la seguridad interior y exterior, como del trato humano que se brinda a los migrantes.
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"Quién llegue a este lugar tiene que hacerlo con respeto, porque nadie puede llegar a casa ajena, aunque sea invitado a hacer desorden. La iglesia siempre es promotora de la paz y lo que queremos es que haya paz y respeto; toda persona que desee ser recibida en este lugar tendrá que sujetarse a la normativa".
Resaltó, que se ha puesto mucha atención para evitar que algunas personas traten de ingresar si vienen bajo los efectos del alcohol o drogas, pues garantizar el orden ha sido la clave para que durante este primer año se garantice un trabajo de orden y verdadera atención al hermano migrante.
“En este año no hemos tenido problema alguno con los vecinos de la colonia, porque la prioridad para el señor obispo Jaime Calderón ha sido que exista orden al interior y exterior sin perjudicar a nadie y que se ayude a todo aquel que llegue a albergue a tocar las puertas”, destacó.
Dijo, que este albergue dejó de ser de paso para convertirse en un refugio quizá por ello las estadísticas de atención son altas, es por ello que destacó el gran sentido humano de los feligreses católicos quienes son el pilar de este lugar, debido a que sus contribuciones hacen posible la asistencia a los migrantes.
“En un año se ha visto como hay gente de buen corazón, los migrantes también han hecho labor social dentro de la comunidad, se mantiene limpio el entorno del albergue, lo que da seguridad y tranquilidad, ya no hay disputa entre migrantes y colonos, estamos atendiendo las necesidades”, enfatizó.
Lamentó, que a un año de este funcionamiento no ha existido ayuda alguna del gobierno municipal de Tapachula muncho menos del estado, ni siquiera dijo han hecho acto de presencia para conocer cómo se está trabajando.
/BJ
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