Desde el año 1975 los huixtlecos han degustado de un selecto café orgánico que elabora el señor Bulmaro Ochoa Ramos convirtiéndose así en un negocio familiar y que a la vez se ha vuelto una tradición y de fácil localización ya que se encuentra en la avenida Central Norte esquina con las antiguas instalaciones de las vías del ferrocarril.
Según la historia que nos relató, es que desde hace tiempo se dedica a realizar trabajos con maquina de escribir, era ajeno al tema del aromático grano, hasta que su propio jefe redactó un documento en donde lo había ingresado para laborar en la finca Victoria, que era propiedad del finado Enrique Fernández González de nacionalidad alemana, en un principio le indicaron que hiciera las labores de un trabajador, después de un caporal y hasta que el mismo dueño le enseñó una técnica especial para hacer el proceso del café, de una manera inigualable, con el toque de la casa, al momento de servir la taza, tiene un aroma increíble, además de un sabor como una de las bebidas de los dioses.
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“El negocio se volvió familiar, que va de generación en generación, lo bautizamos como super café Quico en honor a mi ex jefe quien compartió la forma de preparar un café de altura, nosotros somos muy conocidos, preguntas por el negocio y todo mundo te da razón, yo me quedé con una gran deuda y gracias a dios logré pagarla con lo que aprendí y eso que se me heredó sin tenerlo planeado, ahora se ha convertido en una tradición huixtleca” afirmó.
A pesar de que ya se acerca el mes decembrino, en el que muchas personas suelen elegir un café para regalar, por ser un producto 100% chiapaneco con calidad las ventas han caído, un kilo de café cuesta 200 pesos, la gente esta acostumbrada a no valorarlo pidiendo bolsitas de 20 hasta los 4 pesos, por lo que de seguir así, se estaría poniendo en riesgo lo que se considera ya una tradición en la ciudad de la piedra.