Carlitos es un niño migrante originario de Honduras, pide dinero en las calles de Tapachula, lo hace para apoyar a su mamá y papá para conseguir un plato de comida del día, pues al estar de manera irregular ambos padres no tienen trabajo.
El niño de nueve años llega a las 9:00 de la mañana a una de las calles más céntricas de la ciudad, con un vaso de unicel, en donde los ciudadanos depositan monedas, de uno hasta 10 pesos.
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El menor platicó para Diario del Sur que sus padres no lo obligan a pedir monedas en las calles, ya que ellos también lo hacen para juntar el dinero de la comida de sus dos hermanitos más chicos que los acompañan en el viaje.
Precisó que lleva un mes pidiendo ayuda en las calles de la ciudad y el destino de los cinco integrantes de la familia es llegar a los Estados Unidos, pero mientras eso ocurre buscan la manera de sobrevivir en la ciudad.
Diario del Sur quiso platicar con los padres de Carlitos, pero simplemente no accedieron y se retiraron del lugar, a donde llegan todos los días a pedir una moneda para poder comer.
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Así como Carlitos, en la ciudad de Tapachula se puede observar a varios niños migrantes en compañía de sus padres, que andan en la mendicidad, pues no pueden conseguir trabajo por la falta de papeles.
Las estadísticas de la Unidad de Política Migratoria, Registro e Identidad de Personas (UPMRIP) indica que en enero de este año se detectó a 3 mil 762 niñas, niños y adolescentes en Chiapas, de los cuales 868 viajaban solos.
