Al acercarse la celebración del miércoles de ceniza con el que la iglesia católica inicia el camino cuaresmal, el obispo de Tapachula, Jaime Calderón Calderón llamó a los fieles a vivir esta fiesta con fe, ya que es el camino a través del cual Dios guía a su pueblo del desierto a la libertad.
Dijo que el pueblo sabe bien de que éxodo habla Dios; la experiencia de la esclavitud todavía está impresa en la carne, por lo que recibe los mandamientos de la alianza en el desierto como camino hacia la libertad.
Señaló que la llamada libertad, es en efecto, una llamada vigorosa que no se agota en un acontecimiento único, porque madura durante el camino, del mismo modo que Israel en el desierto lleva todavía a Egipto dentro de sí, también hoy el pueblo de Dios lleva dentro de sí ataduras opresoras que deben abandonarse.
Indicó que la cuaresma es el tiempo de gracia en el que el desierto vuelve a ser como anuncia el profeta Oseas, el lugar del primer amo, por lo que Dios educa a su pueblo para que abandone sus esclavitudes y experimente el paso de la muerte a la vida, y es que, como un esposo atrae nuevamente hacia sí y susurra palabras de amor a los corazones.
"El éxodo de la esclavitud a la libertad no es un camino abstracto, por lo que para que nuestra cuaresma sea también concreta, el primer paso es querer ver la realidad, nuestra realidad y de ahí partir hacia nuestra liberación", abundó.
El líder religioso puntualizó que, Dios no se cansa de su pueblo, por lo que exhortó a acoger la cuaresma como el tiempo fuerte en el que su palabra se dirige a todos "yo soy el señor tu Dios que te hice salir de Egipto de un lugar de esclavitud".
Mencionó que la cuaresma es tiempo de conversión, tiempo de libertad, es también tiempo de actuar y actuar es también detenerse; detenerse en oración para acoger la palabra de Dios y detenerse como el samaritano ante el hermano herido.