Con poca afluencia en las parroquias e iglesias de Tapachula inició el periodo de cuaresma para la comunidad católica con la celebración del miércoles de ceniza, cuyo rito penitencial se reanudó al 100 por ciento tras la pandemia del Covid - 19.
En la iglesia de San Agustín y en la Villita de Guadalupe la asistencia de los fieles durante la misa de las 7 de la mañana fue poca, aunque no este actividad religiosa se realizó en todas las parroquias y iglesias que conforman la Diócesis de Tapachula.
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El padre Martin Moreno fue el responsable de oficiar la ceremonia en la parroquia de San Agustín y en su mensaje dio a conocer que el periodo de cuaresma es un tiempo favorable para examinar la vida, de convertirse de todo corazón y es una segunda oportunidad para cambiar el rumbo del camino.
Indicó que la imposición de la ceniza puede realizarse en toda persona, sea creyente católico o no, ya que significa que el hombre fue hecho del polvo y también que recuerda que un día se volverá al polvo, por lo que la vida es solamente un soplo.
"Es necesario convertir en ceniza todas nuestras cosas malas, recordar con humildad que no hemos hecho las cosas bien, para lo que debemos hacer un propósito de enmienda para tratar de mejorar y dejar en el pasado las cosas malas. La imposición de ceniza nos recuerda que si nos dejamos llevar por el mal, terminaremos en la tumba convertidos en polvo" abundó.
Recordó que el uso de la ceniza para simbolizar penitencia es antiguo, ya que los judíos, por ejemplo, acostumbraban a cubrirse de ceniza cuando hacían algún sacrificio, por lo que el recibir la ceniza debe provocar un cambio en el camino y actitudes.
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