Chiapas se ha convertido en los últimos años en un expulsor y receptor de personas, quienes han decidido abandonar sus lugares de origen ante la falta de oportunidades laborales y en busca de una mejor calidad de vida; mientras se cumplen dos siglos que el estado dejó de ser territorio guatemalteco y se anexó a México
Entre 2013 y 2022, las estadísticas sobre la cantidad de personas extranjeras presentadas ante el Instituto Nacional de Migración (INM) en Chiapas ha mostrado un incremento considerable.
El flujo migratorio en la frontera sur, es de aproximadamente 200 mil migrantes que cruzan la línea limítrofe entre México y Guatemala, la mayoría sigue su camino hacia el norte del país y solo un menor porcentaje se queda en Tapachula para realizar sus trámites.
Estadísticas de la Unidad de Política Migratoria, Registro e Identidad de Personas (UPMRIP), revelan que en el 2013 fueron 34 mil 767 personas de diferentes nacionalidades presentadas ante el INM. Para el 2014 el número incrementó a 54 mil 881; en el 2015 alcanzó el punto más alto reflejando un incremento de 90 mil 223 personas; un año después, la cifra fue de 81 mil 515; para el 2017 cayó aún más el flujo, pues sólo fueron 37 mil 649 las personas presentadas; y el 2018 los casos volvieron a incrementar a 58 mil 860.
En 2019 la cifra también registró un crecimiento al tener una cantidad de 79 mil 839, pero en el 2020 bajó por la presencia del COVID a 28 mil 498. Los dos últimos años los eventos de personas presentadas a las autoridades migratorias en Chiapas han tenido un incremento constante, pues en 2021 fueron 76 mil 861 eventos, mientras que en 2022 fueron 78 mil 708 eventos.
Chiapas registra un boom migratorio hacia Estados Unidos
En diciembre de 2023, Germán Martínez Velasco del Colegio de la Frontera Sur publicó un artículo de investigación que arroja luz sobre un fenómeno migratorio que tuvo lugar en la primera década del siglo XXI. De acuerdo con el estudio, la migración internacional desde Chiapas hacia Estados Unidos se consolidó durante este periodo como un fenómeno creciente, marcando un punto en la historia migratoria de la entidad.
Martínez Velasco destaca que, aunque la migración hacia Estados Unidos ya existía antes del año 2000, fue en esta década cuando se produjo un verdadero "boom" migratorio. En 1995, la Encuesta sobre Migración en la Frontera Norte (EMIF-Norte) identificó a 2 mil 434 individuos migrantes, una cifra modesta comparada con lo que ocurriría en los años siguientes, pues para 2003 el número de migrantes chiapanecos registrados creció a 36 mil 307 personas, y en 2006, se alcanzó un máximo histórico de 118 mil 520.
Este auge migratorio, según Martínez Velasco, se dio en un contexto de expansión de rutas migratorias que, aunque inicialmente se limitaban a desplazamientos dentro del territorio mexicano, eventualmente comenzaron a incluir destinos internacionales, particularmente Estados Unidos.
Entre 2000 y 2022, la EMIF Norte reportó un total de 688 mil 662 eventos de migrantes chiapanecos llegando a la frontera norte, lo que representa el 8.2 por ciento de todos los migrantes mexicanos con la intención de cruzar hacia Estados Unidos durante ese periodo.
El crecimiento del flujo migratorio chiapaneco, como señala el investigador, fue mucho más acelerado que el promedio nacional. Mientras que el incremento de migrantes a nivel nacional entre 2000 y 2006 fue de 79.3 por ciento, en Chiapas este crecimiento fue de un 3,339 por ciento. Este aumento desmedido puede interpretarse como un reflejo de la creciente presión económica y social que empujaba a más personas a buscar oportunidades fuera del país.
Sin embargo, Martínez Velasco acentúa que este fenómeno no fue sostenible a largo plazo. La crisis económica que se desató en 2008 tuvo un impacto inmediato en la migración internacional. Ya en 2007, cuando comenzaron a aparecer los primeros indicios de la crisis, el número de migrantes chiapanecos se redujo respecto al año anterior. En 2008, la cifra cayó un 12 por ciento en comparación con 2006, marcando el inicio de un descenso sostenido en los flujos migratorios.
Aunque hubo un intento de recuperación en 2012, impulsado por la finalización de la crisis económica global, este no fue suficiente para devolver los niveles de migración a los registrados antes de la crisis. La nueva realidad económica, sumada a políticas migratorias más restrictivas en Estados Unidos, impidió que la tendencia migratoria de la década anterior se replicara en años siguientes.
Martínez Velasco, considera que el auge de la migración chiapaneca en la primera década del siglo XXI fue tanto una respuesta a las condiciones locales como a las dinámicas globales, la pobreza, la falta de oportunidades laborales y la violencia en Chiapas impulsaron a miles de personas a emprender el riesgoso viaje hacia el norte, mientras que la demanda de mano de obra en Estados Unidos actuó como un imán.
La investigación de Germán Martínez Velasco destaca que la década del 2000 fue un periodo clave en la historia de la migración chiapaneca hacia Estados Unidos, ya que los datos de la EMIF Norte muestran cómo la migración internacional se convirtió en un fenómeno masivo, influenciado por una compleja interacción de factores económicos, sociales y políticos.