Un centenar de migrantes, mayormente venezolanos, enfrentan condiciones inhumanas en la frontera sur de México con Guatemala, residiendo en un campamento dentro de un canal pluvial, aguardando la atención del Instituto Nacional de Migración (INM).
Estos migrantes llevan entre 10 y 20 días esperando respuesta de las autoridades, buscando obtener permisos para continuar su travesía en busca del sueño americano, sin éxito hasta el momento.
Elizabeth Castro, una de las afectadas, señaló que han pasado 10 días esperando atención sin resultados, viéndose forzados a buscar formas de subsistencia en los límites entre México y Guatemala mientras cumplen con los requisitos establecidos por las autoridades.
Manifestó que las autoridades migratorias proporcionan tres autobuses diarios, ya sea a Tuxtla Gutiérrez o, para aquellos que viajan solos, a la ciudad de Tapachula, para iniciar trámites regulares en el país.
"Vivimos así porque no disponemos de presupuesto para alojamiento, y diariamente llegan personas de diversas partes del mundo a municipios donde no podemos costear un cuarto de hotel o una renta", expresó.
Castro explicó que los núcleos familiares son trasladados a Tuxtla Gutiérrez en autobuses, mientras que los solteros son llevados únicamente a Tapachula por las autoridades.
El venezolano Miguel Rodríguez relató que lleva nueve días esperando, y les indican que deben anotarse en listas para obtener un lugar en el autobús, pero no hay garantía de atención inmediata.
"En el municipio, hay muchas personas que no se pueden ver ahora porque buscan alimentos durante el día, pero en la noche se evidencia la gran cantidad de personas que llegan, independientemente de los ingresos diarios desde Guatemala", detalló.
Rodríguez subrayó la difícil convivencia lejos de su país, siendo la única opción para mejorar sus condiciones de vida y la de su familia, afectadas por la situación en Venezuela bajo la dictadura presidencial.