Migrantes que se encuentran apostados en el parque Benito Juárez en el centro de Tapachula han comenzado a resentir los estragos del ayuno voluntario al que se han cometido, pues su salud va en decadencia
Y es que cumplen siete días de ayuno voluntario y cuatro de haber decidido encadenarse con el objetivo de llamar la atención de la población y para exigir al Instituto Nacional de Migración (INM), les agilicen los trámites para obtener un pase de salida o visas humanitarias.
Paramédicos de Protección Civil han acudido en varias ocasiones a monitorear la salud de los manifestantes, que insisten en continuar sus acciones en el campamento que han establecido en el Parque Benito Juárez.
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Asimismo, personal médico de organizaciones no gubernamentales como ADRA, CADENA Y Unifec, arribaron al campamento improvisado para brindar atención médica a los migrantes de diversas nacionalidades.
A pesar de que su salud está en decadencia, los migrantes aseguraron que no se levantarán mientras las autoridades no les den una respuesta, para poder avanzar o poder obtener un sus documentos para transitar de manera legal dentro del país.
Johan, migrante de Venezuela, afirmó que sus cuerpos han comenzado a debilitarse, sin embargo, el objetivo en la mente sigue intacto, ya que no están dispuestos a renunciar a sus sueños, que es salir de esta ciudad.
Lamentó que migración no se compadezca del sufrimiento del que están pasando, principalmente los niños, quienes en ocasiones no tienen nada que llevarse a la boca, ya que la mayoría se ha quedado sin dinero.
"Ya muchos están débiles porque no han comido por días, pero a pesar de todo no vamos a renunciar a la protesta hasta que nos entreguen visas humanitarias o pases de salida, porque regresar a nuestro país no es una opción, ya que hacerlo es ir a una muerte segura", abundó.
Por su parte, Rosa, migrante de Nicaragua, quien viaja con dos de sus menores hijos, indicó que a pesar del sufrimiento que viven no van a abandonar la lucha, porque salieron de su país con el deseo de mejores condiciones de vida, y no se van a rendir hasta alcanzarlo.
Puntualizó que sus hijos presentan dolor de estómago y diarrea, pero afortunadamente médicos que acudieron hoy al campamento los atendieron, por lo que espera que las condiciones puedan mejorar en los próximos días.
"Pedimos a migración que respete nuestros derechos humanos, que se compadezcan de nuestros niños, y que nos den visas humanitarias para poder salir, nosotros no queremos quedarnos acá", acotó.