Decenas de migrantes centroamericanos y extracontinentales aguardan afuera de las oficinas de la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar), en espera de alguna resolución en cuanto a sus trámites.
Sin embargo, el inmueble de esta comisión en Tapachula luce vacío, sin operatividad alguna y con presencia de elementos de la Guardia Nacional, que han llegado a este sitio para evitar cualquier tipo de incidente que pudiera generarse.
Aunado a esto, la presencia de los haitianos mantiene tensión en este punto, donde han pasado días en espera de una respuesta.
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La demanda de los haitianos es que les proporcionen salida pronta de esta localidad, en la cual han estado varados hasta por más de un año.
Giliger, uno de los tantos extracontinentales asentados en Tapachula, expuso que su intención es quedarse en México y no salir en caravana como lo han hecho muchos de sus connacionales.
“Yo no quiero irme de aquí, porque tengo hijos y esposa y representa un riesgo para mi familia, pero tampoco quiero estar de ilegal porque en cualquier momento nos pueden detener, quiero estar bien”, puntualizó.
Cómo Giliger, muchos más están en las mismas condiciones de espera, soportando altas temperaturas y la incertidumbre de un futuro incierto, dado que hasta ahora el gobierno mexicano mantiene a miles de migrantes varados en esta región sur del país.
La demanda de haitianos en torno a las peticiones de refugio se ha triplicado desde el primer semestre del año al segundo, por lo que se vislumbra que para el cierre de este 2021 las solicitudes de refugio escalen a las 20 mil en total.
La mayoría de los extranjeros permanecen viviendo en casas de alquiler en pésimas condiciones, incluso aglomerados hasta en grupos de 10 personas, lo que representa un riesgo aún más latente en medio de una pandemia del Covid-19.