Carlos Eduardo, un hombre originario de El Salvador, encontró en la elaboración de figuras de alambre una forma para sobrevivir en la ciudad de Tapachula, es con la destreza de sus manos y unas pinzas que este artista callejero crea desde escorpiones hasta hermosas libélulas, con costos muy económicos que oscilan entre los 20 y 50 pesos.
En entrevista para Diario del Sur, Carlos Eduardo manifestó su gusto por la ciudad y explica que lleva varios meses trabajando en la elaboración de estas figuras con el fin de conseguir dinero para comprar comida y sus gastos diarios.
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Según sus propias palabras, esta es una forma de no tener que pedir limosna en la calle y demostrar que algunos inmigrantes son trabajadores y no van tras el sueño americano.
Con su trabajo artístico, Carlos Eduardo no solo ha encontrado una forma de sobrevivir en una ciudad desconocida, sino que también ha demostrado que la creatividad y el esfuerzo pueden abrir puertas en situaciones difíciles.
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