Para muchos la Navidad es un momento de felicidad y de convivencia familiar, con la abundancia de alimentos y donde los integrantes de las familias lucen sus mejores prendas, sin embargo, para miles de migrantes es una fecha triste y llena de nostalgia al estar lejos de sus lugares de origen y enfrentando necesidades.
Sin un platillo que degustar esta noche y con las ilusiones de cumplir el sueño americano cada vez más debilitado, los migrantes pasan estas fiestas en casas de renta o en el campamento improvisado que mantienen desde hace meses en el parque central de Tapachula sin poder celebrar.
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Dentro de las cientos de familias migrantes que se encuentran varadas en Tapachula, convertida en el muro de contención ante el endurecimiento de las políticas migratorias está Rebeca junto a su esposo y sus dos hijos, quienes llegaron a esta ciudad desde hace más de 1 mes en búsqueda del llamado sueño americano, pero ha tenido que enfrentar adversidades.
En una vivienda vacía ubicada en la colonia Las Américas 2, sin una mesa donde comer ni sillas donde sentarse, y en condiciones precarias, son parte de las adversidades que ha tenido que enfrentar Rebeca y su familia en Tapachula.
Dijo que la Navidad para ellos es muy difícil ya que se encuentran sin dinero, ni siquiera para prepararse un platillo especial y poder convivir con su familia, por lo que lo único que tienen el estómago son espagueti que degustaron desde la tarde.
"La Navidad para nosotros es difícil porque acá no tenemos dinero, allá en Haití hacemos comida y fiesta, pero acá todo es muy duro, no hay nada que celebrar cuando todo es complicado", abundó.
Señaló que en su país vendieron todas sus pertenencias con la intención de llegar a Estados Unidos y durante su travesía han tenido que pasar por varios países en donde la situación cada vez se torna más complicado.
Luna, es otra de las migrantes haitianas que se encuentra varada en Tapachula, ella llegó a esta ciudad desde hace dos meses junto con su novio, con la intención de llegar a los Estados Unidos.
Indicó que esta Navidad es muy difícil al estar alejada de su familia y no poder convivir ni disfrutar de esta importante celebración, por lo que tiene que estar encerrada en el cuarto que renta desde que llegó a esa ciudad.
Luna no preparó una cena especial para esta noche al no contar con recursos económicos, por lo que aseguró que preparar un platillo especial sería un verdadero lujo en plena situación de crisis que enfrenta.
"Cuando estamos en Brasil la Navidad era mucho mejor y más fácil porque teníamos dinero para convivir y hacer comida, pero acá todo está complicado, no tenemos ni donde sentarnos, mucho menos para convivir", sostuvo.