Migrantes varados en Tapachula realizaron la representación de el Viacrucis del Migrante en rememoración de la expresión de fe de las comunidades cristianas hecha devoción con el sufrimiento del camino de la cruz de Jesús.
Buscan con esto y las manifestaciones anteriores hacer un llamado al Instituto Nacional de Migración (INM), organismos civiles e instituciones de derechos humanos a mediar para que se les otorgue los documentos y las facilidades para salir de la frontera sur sin ser detenidos.
La crisis con violencia y persecuciones, además de falta de oportunidades trabajo, son las causas por las que miles de migrantes salen de su tierra natal, y dejan su historia y familia en busca de encontrar mejores condiciones de vida, pero en ese camino el pan de cada día es el sufrimiento, la violencia y la discriminación social, situación que no es ajena a la que padeció el hijo de Dios con ese sufrimiento al vivir lejos de su tierra natal.
Por ello, el grupo de migrantes que llevan 10 días de protesta, y 7 encadenados salieron del campamento improvisado que mantienen en el centro de Tapachula y caminaron por las calles del primer cuadro de la ciudad, y un grupo de niños cargaron una cruz de madera y otros para representar el sufrimiento que viven en Tapachula.
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Johan, migrante de Venezuela, afirmó que con estas acciones buscan sensibilizar al INM sobre el calvario que enfrentan todos los días en la ciudad, y exigir que les entreguen las visas humanitarias para continuar su tránsito.
Dijo que la insensibilidad de las autoridades migratorias los ha orillado a enfrentar sufrimientos, ya que están en condiciones inhumanas, no tienen donde dormir y tampoco los recursos para comprar alimentos.
Iveth Valladares, migrante de Honduras, indicó que es tan grave el dolor físico como espiritual, por ser víctimas de sistemas económicos y políticos fallidos que generan millones de personas excluidas y empobrecidas a los que solo les queda como opción migrar con sus sueños e ilusiones en la eterna búsqueda de mejores condiciones de vida dejando en el camino su cultura, sus costumbres, valores religiosos e incluso la dignidad como ser humano.
"Por ello pedimos migración que nos escuche y que nos atienda, nosotros solo buscamos papeles para salir de ciudad, no queremos estar acá, porque no hay oportunidades, sin embargo, han pasado días y no hay respuesta, realmente es duro este calvario que estamos viviendo", abundó.
Por su parte, el activista de derechos humanos Irineo Mujica Arzate de la organización Pueblos Sin fronteras, señaló que han buscado el dialogo con las autoridades tanto en la Ciudad de México como en Chiapas, con la delegada del INM Paola López Rodas, sin que haya señales de apertura.
Puntualizó que no exigen más que respeto al migrante, a sus derechos, a una atención que permita que el peso de la cruz del migrante sea menor, que se agilicen los trámites para la entrega de visas humanitarias, los pases de salida con el código QR para que se continúe el camino hacia el objetivo del migrante que es no quedarse en Tapachula, sino llegar a la frontera con los Estados Unidos.
Pidió a funcionarios tomar conciencia en la difícil vida del migrante sin recursos económicos, con un peso tan grande representado por la cruz que refleja el maltrato, la soledad, la discriminación, el racismo, la xenofobia, la explotación y en este caso la apatía y desdén de las políticas y leyes migratorias que restringen, persiguen y encarcelan a las personas que buscan mejores condiciones de vida.