Tapachula, Chiapas.- Cerca del 30% de los migrantes que han integrado las últimas caravanas ya cuentan con documentos que acreditan su legal estancia en el país, sin embargo por falta de recursos prefieren esperar la conformación de caravanas para continuar su camino hacia el centro y norte del país.
Habitantes de Tapachula, como la señora Rosalba García, lamentó que los parques sean utilizados como casas donde los migrantes dejan todo sucio, además contaminado de heces.
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En unas fotografías que tomó del parque bicentenario después de que salió la última caravana, pidió a las autoridades no dejar que los migrantes se apoderen de los parques ya que las familias no pueden salir por temor.
Por otra parte de manera extraoficial trascendió que un porcentaje importante de extranjeros, ingresan al país con un amparo bajo el brazo, documento que fue tramitado con anticipación.
Ante estas irregularidades, sectores empresariales piden que las autoridades ejerzan mano dura, “los migrantes llegan a solicitar un documento con el argumento de que solo quieren continuar su camino, sin embargo ya que se los dan, se quedan a vivir en las calles y parques, en espera de participar en las caravanas que son violentas, por eso deben persuadirlos para que sigan su camino inmediatamente después de que regularizan su situación legal en el país”.
Resaltaron que los extranjeros ya les han tomado la medida a las autoridades mexicanas, ya que bajo presión logran que además de regularizarlos, también se les otorguen camiones, lo cual representa una fuga a la economía mexicana, pues ese dinero bien podría usarse en otros rubros como la infraestructura pública, el turismo, deporte y hasta investigaciones, entre otros temas que tanto requiere el país.
Por su parte la iglesia católica y organismos no gubernamentales, defensores de los derechos humanos, han señalado las vicisitudes que sufren los migrantes en estas caravanas, sobre todo los más vulnerables, por lo que es contradictorio que quienes juran y perjuran que quieren ayudar a los extranjeros, los inciten a utilizar prácticas que solo laceran su vulnerabilidad.