Migrantes varados en Tapachula están saturando los negocios donde pueden cobrar las remesas que les envían sus familiares para continuar su viaje del sur al norte del país en busca del sueño americano.
Diario del Sur realizó un recorrido por diferentes negocios donde las personas en contexto de movilidad humana cobran sus remesas, y se pudo observar largas filas en espera de obtener su dinero.
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José, quien vende frente a uno de estos negocios, comentó que las personas tardan un promedio de dos a tres horas para poder pasar a cobrar, ya que son muchas las personas que llegan todos los días.
Explicó que hay días en los que las colas son tan largas que tardan hasta tres horas en pasar, porque llegan un promedio de mil personas migrantes a cobrar sus remesas en los distintos negocios ubicados en el centro de la ciudad.
Precisó que cuando el sistema está lento, las personas se aglomeran y tardan más de tres horas esperando pasar, lo cual retrasa aún más y la fila alcanza varios metros de largo.
Detalló que las personas migrantes superan en número a los mexicanos que llegan a cobrar una remesa, pues los mexicanos, en promedio, son unas 30 a 40 personas en comparación con los cientos de migrantes de diferentes nacionalidades que asisten.
“Los encargados de los negocios hacen dos filas: una para los mexicanos y otra para las personas migrantes, y pasamos más rápido los mexicanos porque somos mucho menos que los extranjeros”, abundó.
Comentó que, a diferencia de antes, cuando se suscitaban conflictos o pleitos por las filas, ahora está mucho más calmado y también están llegando muchas personas a cobrar remesas.
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Puntualizó que muchas personas tienen prisa y están pidiendo a sus familiares o amigos que les envíen recursos económicos para salir lo más rápido posible de Tapachula, antes de que tome la presidencia de los Estados Unidos Donald Trump.