El éxodo migratorio de ciudadanos venezolanos en México ha experimentado un drástico aumento en los últimos años, sin precedentes según las cifras oficiales del Instituto Nacional de Migración.
Los eventos de migración irregular de venezolanos se incrementaron notablemente, de mil 834 en el periodo de enero a octubre de 2021, a 105 mil 233 para el mismo lapso en 2023. Este aumento exponencial ha generado preocupación tanto a nivel local como internacional.
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Además, los resultados de la Encuesta sobre Migración en la Frontera Sur de México (EMIF Sur) del 2022 arrojaron cifras impactantes, registrando 36 mil 769 eventos de ingreso de personas venezolanas por la frontera sur de México con Guatemala.
Las razones detrás de este éxodo masivo de venezolanos son diversas, destacando principalmente los bajos ingresos o malas condiciones de trabajo (44.5%), la falta de oportunidades laborales debido a la crisis económica (35.1%), y la alarmante incidencia de violencia e inseguridad (18.9%)
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América Latina ha sido testigo de una prolongada historia de flujos migratorios. En los últimos años, se ha observado un significativo éxodo de ciudadanos venezolanos, especialmente hacia países vecinos como Colombia, Ecuador, Chile, Perú y más recientemente, hacia Estados Unidos.
Esta migración masiva ha planteado desafíos significativos a nivel regional y ha requerido respuestas coordinadas por parte de los países receptores, como fue el caso de México.
Los dos grandes períodos del éxodo venezolano
El éxodo venezolano, que tuvo sus inicios en 2015, ha sido identificado en dos etapas distintas. Durante el periodo de 2015 a 2019, se caracterizó por la emigración de personas con recursos económicos sólidos, niveles educativos altos y la capacidad para validar su documentación migratoria en México.
Los países receptores respondieron con solidaridad y apertura, brindando asistencia temporal debido a la urgencia en la atención de la crisis migratoria del país sudamericano.
Sin embargo, la segunda etapa, iniciada a partir de 2020, ha presentado un panorama diferente. Se ha observado una transformación en el perfil de los migrantes, con una mayor presencia de individuos con menos recursos económicos y educativos, lo que ha generado desafíos adicionales tanto para los migrantes como para los países receptores.
Esta nueva dinámica ha puesto a prueba las políticas migratorias y los sistemas en los países de acogida como México, Estados Unidos, Colombia, Ecuador, Chile y Perú.
La migración venezolana ha evidenciado la necesidad de una respuesta coordinada y solidaria para abordar esta compleja situación que vive. A pesar de los esfuerzos realizados por los países receptores, la magnitud del éxodo ha generado presiones en términos de recursos y servicios públicos, principalmente en ciudades como Tapachula.
Además, se han requerido estrategias integrales para garantizar la protección y el bienestar de los migrantes venezolanos que siguen saliendo de su país debido a la crisis económica y política.