Miguel Ángel Asturias: Entre el activismo, el exilio y el Nobel de Literatura

A través de sus escritos, buscó dar voz a las experiencias y luchas de los pueblos indígenas de América Latina. Su activismo lo llevó a ser una figura importante a nivel internacional

Beriah Jiménez / Diario del Sur

  · viernes 9 de agosto de 2024

Miguel Ángel Asturia, poeta, narrados, escritor y periodísta / Foto: Cortesía / Biografías y vidas

Miguel Ángel Asturias nació el 19 de octubre de 1899 en la Ciudad de Guatemala. Fue un novelista, periodista y diplomático destacado por su compromiso político y su defensa de las culturas indígenas de América Latina. Su obra literaria y su activismo lo llevaron a ser una figura prominente tanto en su país como en el extranjero.

Desde joven, se involucró activamente en la política guatemalteca. En 1922, fundó la Universidad Popular, un proyecto comunitario que ofrecía cursos gratuitos a los más desfavorecidos. También fue fundador de la Asociación de Estudiantes Universitarios y la Asociación de Estudiantes El Derecho, participando en movimientos que derrocaron la dictadura de Manuel Estrada Cabrera en 1920.

En 1942, fue elegido diputado al Congreso Nacional y, tras la elección del presidente reformista Juan José Arévalo en 1944, comenzó una carrera diplomática en varios países de América Central y del Sur, trabajando en Buenos Aires y París mientras seguía escribiendo y desarrollando su carrera literaria.

El exilio de Asturias

Apoyó fervientemente al gobierno de Jacobo Arbenz, sucesor del presidente Juan José Arévalo. Tras el derrocamiento de Arbenz en 1954 por el coronel Carlos Castillo Armas, fue despojado de su nacionalidad guatemalteca y expulsado del país debido a su apoyo al anterior gobierno. Durante los siguientes años, vivió exiliado en Buenos Aires, Chile y Europa. Fue durante su estancia en Génova que su reputación como autor creció con la publicación de la novela Mulata de tal (1963)

Premio Nobel de Literatura

En 1966, el presidente electo Julio César Méndez Montenegro rehabilitó a Asturias, devolviéndole su ciudadanía guatemalteca y nombrándolo embajador en Francia, cargo que ocupó hasta 1970. En 1967, recibió el Premio Nobel de Literatura "por sus logros literarios vivos, fuertemente arraigados en los rasgos nacionales y las tradiciones de los pueblos indígenas de América Latina". Este premio consolidó su reputación como uno de los escritores más importantes de América Latina.

La Fundación Hernán Becerra Pino otorgó el pasado 1º de agosto del 2024, otorgó la presea Pakal de Oro, post mortem a Miguel Ángel Asturias Rosales, premio Nobel en 1967 por su novela Hombres de Maíz, la cual recibió su hijo Miguel Ángel Asturias Amado.

Obras más aclamadas

  • El señor presidente (1946): Esta novela, que denuncia la dictadura guatemalteca, está basada en la tiranía de Manuel Estrada Cabrera, a quien Asturias conoció personalmente. Utiliza personajes como el presidente, una figura omnipotente y tiránica, para explorar los efectos devastadores del poder absoluto. La obra fue inspirada por su propia experiencia y las historias que escuchó sobre la dictadura durante su juventud.

  • Hombres de maíz (1949): Considerada una obra maestra del realismo mágico, esta novela explora la cultura indígena y la relación de los mayas con la tierra y el maíz. El título hace referencia a la creencia maya de que los hombres fueron creados del maíz. La inspiración proviene de las tradiciones orales y las creencias indígenas que conoció a través de su contacto con la población rural de Guatemala.

  • Leyendas de Guatemala (1930): Esta colección de cuentos se basa en las leyendas y mitos mayas. Asturias se basó en las historias que escuchó durante su infancia de los narradores indígenas. A través de estas leyendas, busca preservar y celebrar la rica herencia cultural de Guatemala.


Su obra se nutrió profundamente de la cultura indígena de Guatemala, especialmente de los mitos y leyendas que escuchó durante su infancia. El contacto con la población indígena y su interés por las tradiciones mayas influyeron significativamente en su obra. A través de sus escritos, buscó dar voz a las experiencias y luchas de los pueblos indígenas de América Latina, utilizando un estilo literario que mezclaba el realismo con lo fantástico.