The Albion es uno de los restaurantes ubicados en las inmediaciones de Kings Cross, al norte de Londres. Ha cerrado sus puertas ante el acecho de un Covid más contagioso, según los especialistas que analizan la nueva cepa detectada en el Reino Unido.
Miguel Ángel ha visto con absoluta normalidad el cierre de este y otros muchos establecimientos, ya era algo que veía venir. El hombre oriundo de Chiapas se ha tenido que confinar y salir al supermercado a realizar algunas compras, pero al llegar a uno de ellos se ha topado con que ha sido prácticamente saqueado en cuestión de horas por las compras de pánico.
Londres es ahora una capsula aislada de todo mundo. Hay manera de caminar por las calles de esta grisácea ciudad, pero imposible intentar movilizarse hacia otros puntos del mismo país, Europa, ya no se diga a América.
Por esto, ha tenido que cancelar su viaje a México para pasar Navidad y Año Nuevo junto a su familia, después de las disposiciones que el gobierno inglés ha impuesto por la peligrosidad de esta mutación del virus.
“Tenía planeado ir ahora en diciembre, después pensé en enero o febrero, para ir a la feria de Candelaria, ahora ya no sé hasta cuándo por el virus”, lamenta el hombre de 50 años, que se mudó al otro lado del charco para trabajar y encontrar nuevos aires de vida.
Para Miguel Ángel la situación es la misma en todo el mundo: no hay distanciamiento social, la gente anda por las avenidas como si la pandemia estuviera controlada. “Hay lugares en los que no se puede ni caminar, el exceso de gente en las calles es impresionante, por eso estamos como estamos”, refiere.
En las casas, según relata el mexicano, apenas se asoma el espíritu navideño, el virus ha ensombrecido todo. Los vendedores de árboles navideños están reembolsando todo; a partir de ahora ya no podrán poner sus ventas. Cerca de su hogar hay un mercado, pero al pasar de las horas los comerciantes son menos.
Y no es para menos, la nueva cepa parece ya llegó a otros países de Europa, pareciera que se extiende a la velocidad de la luz, pero en Londres, como si de otro planeta lejano a la tierra se tratara, la gente hace vida normal, pese a que los comercios de a poco comienzan a bajar sus cortinas.
Miguel Ángel está atrapado, no en su casa, en una ciudad a la que ha adoptado, pero quiere llegar al calor del sur de Chiapas, aunque ahora no puede hacerlo porque no hay trenes ni aviones que lo lleven.
Desde este lunes, el túnel que comunica al Reino Unido con Europa continente está cerrado. Este tapón ha dejado varados a cientos de tráileres que viajan con mercancías hacia distintos países.
“Tampoco me quiero arriesgar a llevar el virus a México, menos contagiar a mi mamá y familia”, lamenta. Así que no tiene más opción que formarse en la fila para ingresar a alguno de los dos centros comerciales: Waitrose o Sainsbury
Miguel Ángel comparte unas fotografías que ha tomado en su caminata hacia la farmacia y el súper, después regresa a casa, al encierro, a miles de kilómetros de casa, ajeno al mundo físico y cerca del virtual a través del televisor y las redes sociales.
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